La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) decidió eliminar la advertencia destacada sobre riesgos como accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos de más de 20 medicamentos hormonales. Esta medida responde a nuevos estudios que sugieren que la terapia hormonal presenta beneficios cuando se inicia antes de los 60 años.
“Estamos desafiando ideas obsoletas y reafirmando nuestro compromiso con la medicina basada en la evidencia que empodera en lugar de restringir”, afirmó el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., al presentar la actualización.
La advertencia de la FDA, emitida hace 22 años, aconsejaba a los médicos que la terapia hormonal aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos, problemas cardíacos y otros problemas de salud, citando datos de un influyente estudio publicado hace más de 20 años, reseña recogió Associated Press (AP).
Opiniones divididas
La medida desde ya ha conllevado opiniones divididas. Algunos médicos, como el mismo comisionado de la FDA, Marty Makary, apoyan el cambio, calificándolo de necesario para abordar ideas obsoletas. Mientras que, por otra lado, hay preocupaciones sobre la falta de proceso en la revisión de esta decisión.
“Vamos a acabar con la maquinaria del miedo que aleja a las mujeres de este tratamiento que les cambia la vida, incluso que les salva la vida”, declaró Makary en rueda de prensa.
Asimismo, expertos como el Dr. Steven Fleischman, presidente del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, destacan que las advertencias han desalentado el uso de estas terapias, y por eso apoyan la medida. “Puedo pasar 30 minutos asesorando a alguien sobre la terapia de reemplazo hormonal —contándole todo— pero cuando surten la receta y ven esa advertencia, simplemente se asustan”, dijo.
Al contrario, otros se oponen a realizar cambios en la etiqueta sin un proceso cuidadoso y transparente. Afirman que la FDA debería haber convocado a sus asesores independientes para considerar públicamente cualquier revisión.
Beneficios y riesgos
Aunque la nueva directriz coincide con algunos enfoques médicos actuales sobre el uso de la terapia hormonal, persisten desacuerdos sobre la interpretación de los datos.
Varios expertos argumentan que la evidencia sobre los beneficios generales de la terapia hormonal no es concluyente.
¿Qué estudios respaldan la eliminación de la etiqueta?
Los estudios recientes que respaldan la eliminación de la advertencia de la FDA sobre la terapia de reemplazo hormonal (TRH) se basan en una revisión exhaustiva de la literatura científica, consultas públicas y la opinión de expertos, que concluyen que las advertencias previas sobre riesgos como enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama, accidentes cerebrovasculares, coágulos sanguíneos y demencia eran engañosas o están basadas en ciencia desactualizada.
Estos estudios indican que la TRH tiene pocos riesgos cuando se inicia en mujeres menores de 60 años o dentro de los diez años posteriores al inicio de los síntomas de la menopausia.
Además, investigaciones previas que sugerían un aumento en el riesgo de cáncer de mama estaban basadas en formulaciones hormonales que ya no se prescriben comúnmente. La decisión ha sido apoyada por expertos y médicos que defienden una medicina basada en evidencia, quitando el miedo injustificado y permitiendo que las mujeres y sus médicos tomen decisiones informadas y personalizadas sobre la salud femenina.
Beneficios de la terapia hormonal antes de los 60 años
Los beneficios específicos de la terapia hormonal cuando se inicia antes de los 60 años son:
- Alivio eficaz de los síntomas de la menopausia, especialmente los sofocos y sudores nocturnos, que son tratables con estrógeno sistémico.
- Reducción de síntomas vaginales como sequedad, picazón, ardor y dolor durante las relaciones sexuales, así como mejora de síntomas urinarios de la menopausia.
- Prevención de la pérdida ósea y reducción del riesgo de osteoporosis y fracturas óseas. Esto es particularmente importante para mujeres con menopausia temprana o niveles bajos de estrógeno prolongados.
- Disminución del riesgo de enfermedades cardíacas y mortalidad asociadas cuando se inicia a los 50 años, aunque este beneficio no se observa en mujeres mayores de 70 años.
- El uso antes de los 60 años o dentro de los primeros 10 años tras la menopausia se asocia con beneficios mayores que los riesgos, haciendo la terapia más segura y efectiva en este grupo de edad.
- Puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer de mama cuando se utiliza estrógeno solo en mujeres que han tenido histerectomía.
Riesgo de la terapia hormonal en comparación con otros tratamientos
La terapia hormonal presenta riesgos específicos que varían según su tipo y la población que la recibe, y estos riesgos se deben comparar con los de otros tratamientos para comprender su perfil completo.
Riesgos de la terapia hormonal:
La terapia hormonal puede incrementar el riesgo de coágulos sanguíneos, accidentes cerebrovasculares, problemas cardíacos, hipertensión, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer como el cáncer de mama, especialmente cuando se utiliza terapia combinada de estrógeno y progestina por más de tres a cinco años. El riesgo de cáncer de mama es más alto con la combinación de hormonas que con estrógeno solo.
Además, la terapia hormonal puede afectar la fertilidad y la función sexual, y causar aumento de peso o niveles alterados de lípidos en sangre. Estos riesgos son mayores en mujeres mayores y en personas con factores adicionales como obesidad o tabaquismo.
En personas transgénero que usan terapia hormonal feminizante, existe un riesgo aumentado de coágulos, accidente cerebrovascular y otros problemas cardiovasculares.
Comparación con otros tratamientos:
Otros tratamientos disponibles para condiciones como los síntomas de la menopausia incluyen tratamientos no hormonales, como lubricantes vaginales, terapia con moisturizers vaginales y medicamentos no hormonales para los sofocos y otros síntomas. Estos generalmente presentan menos riesgos cardiovasculares y de cáncer, pero pueden ser menos efectivos para ciertos síntomas.
La terapia hormonal sigue siendo la opción más eficaz para el manejo de síntomas severos de menopausia, aunque con un perfil de riesgo que debe ser evaluado individualmente según la edad, historia clínica y factores personales.
























