La creciente evidencia científica sugiere que el consumo de productos de tabaco, incluidos cigarrillos tradicionales y vaporizadores, está vinculado a una disminución significativa en la fertilidad tanto en hombres como en mujeres.
Esta conclusión proviene de diversos estudios que subrayan los efectos nocivos del tabaco y la nicotina en el proceso de reproducción.
Courtney D. Lynch, doctora en medicina materno-fetal de la Universidad Estatal de Ohio, y Theodore Wagener, director del Centro de Investigación sobre el Tabaco de la misma universidad, han destacado los riesgos específicos asociados a estos hábitos, advirtiendo que la fertilidad puede verse severamente afectada tanto en quienes intentan concebir de forma natural como en aquellos que recurren a tratamientos de fertilidad asistida.
La doctora Lynch explicó que está “bien establecido” que el tabaquismo perjudica la fertilidad. Aunque la investigación sobre el impacto del vapeo en la fertilidad humana aún es limitada, los estudios en animales ya sugieren un impacto negativo claro de los compuestos inhalados a través del vapeo.
La nicotina, uno de los componentes centrales del tabaco, es conocida como una toxina reproductiva. Tanto en los cigarrillos tradicionales como en los dispositivos de vapeo, esta sustancia puede comprometer el desarrollo embrionario y perjudicar las condiciones necesarias para la implantación exitosa del embrión.
Uno de los efectos directos que se observan en las mujeres fumadoras y vapeadoras es el deterioro de los cilios en las trompas de Falopio. Estos cilios son esenciales para trasladar el embrión desde el ovario hasta el útero, un proceso fundamental para la implantación y el embarazo saludable.
Sin el adecuado funcionamiento de estos cilios, el embrión puede quedar atrapado en la trompa de Falopio, lo que aumenta el riesgo de embarazos ectópicos, una condición potencialmente peligrosa que requiere intervención médica inmediata.
Además, el consumo de tabaco está vinculado a la reducción de la cantidad y calidad de los óvulos en mujeres, acelerando el envejecimiento ovárico y, por ende, el inicio de la menopausia. Esto tiene implicaciones severas, ya que reduce la ventana de fertilidad y aumenta las probabilidades de fallos en tratamientos de reproducción asistida, así como de abortos espontáneos e irregularidades menstruales.
En el caso de los hombres, el impacto del tabaco en la fertilidad también es significativo. Fumar regularmente puede reducir tanto el conteo como la calidad de los espermatozoides, comprometiendo así la capacidad reproductiva.
Disfunción eréctil
Los daños al ADN de los espermatozoides y la reducción en la producción de testosterona pueden llevar a problemas como la disfunción eréctil, lo que complica aún más las probabilidades de concepción. Wagener subrayó que, aunque los estudios sobre el vapeo y la fertilidad masculina son menos concluyentes, ya existen indicios de que el vapeo puede alterar los niveles hormonales y afectar la integridad del ADN en el esperma, además de contribuir también a la disfunción eréctil.
En un estudio realizado en animales por los Institutos Nacionales de Salud, se encontró que el vapeo afecta negativamente el proceso de implantación del embrión, lo que sugiere que incluso los compuestos en estos dispositivos podrían ocasionar problemas en el desarrollo temprano del embarazo y derivar en posibles trastornos en la descendencia.
La recomendación de los expertos es clara: cualquier persona que desee mejorar su fertilidad o reducir los riesgos asociados con problemas reproductivos debería considerar abandonar el consumo de productos de nicotina y tabaco en cualquier forma.