El nuevo comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), Chris Magnus, inició el miércoles su trabajo con retos tan complicados como la aplicación de los polémicos Título 42 y “Quédate en México”, la avalancha de migrantes en la frontera de Arizona y el malestar de miles de sus agentes hacia el Gobierno que lo eligió.

Magnus, quien hasta ayer fue el jefe del Departamento de Policía de Tucson, Arizona, tendrá bajo su responsabilidad a más de 60.000 empleados. Entre ellos figuran miles de agentes de la Patrulla Fronteriza que deben aplicar varios programas que la Administración del presidente Joe Biden ha puesto en práctica para lidiar con la inmigración indocumentada.

LOS GRANDES RETOS

Entre estos programas está el Título 42, que permite expulsar por razones sanitarias a los indocumentados que cruzan la frontera, el cual ha sido severamente criticado por defensores de los inmigrantes. En el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre, se registraron 1.040.220 expulsiones, según datos de CBP.

A esto se suma que desde el lunes pasado el Gobierno de Biden implementó nuevamente el programa “Quédate en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en el país latinoamericano mientras sus casos se resuelven en EE.UU., y fue una iniciativa del Gobierno del ahora expresidente Donald Trump.

Los agentes de CBP son los encargados de procesar las peticiones de estos inmigrantes.

La nueva instrumentación del programa ha generado una lluvia de críticas de los defensores de los inmigrantes. Las quejas aluden a los problemas detectados en los procedimientos realizados por agentes de CBP a cerca de 70.000 solicitantes de asilo inscritos en la primera parte del programa entre enero de 2019 y febrero de 2021.

URGEN CAMBIOS

La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) urgió a Magnus a enfrentar este reto y dar prioridad a los derechos de los inmigrantes.

“Ahora que el comisionado Magnus ha sido confirmado, le pedimos que ponga fin a las políticas fronterizas de la era Trump que administra su agencia, que han creado caos y causado un inmenso sufrimiento”, dijo en un comunicado Jonathan Blazer, director de estrategias fronterizas de ACLU.

Añadió que “el comisionado Magnus debe comprometerse a supervisar la restauración del asilo en la frontera, y cumplir la promesa de la Administración Biden de brindar transparencia y responsabilidad a una agencia que durante años no ha enfrentado una cultura de abuso e impunidad sistémica” en su personal.

Magnus fue un crítico de las políticas de inmigración del Gobierno Trump (2017-2021). Al postularlo en abril pasado la Casa Blanca destacó la “amplia experiencia del nominado en abordar problemas de inmigración”.

También recalcó el “papel clave (de Magnus) en la reconstrucción de la confianza de la comunidad en (las instituciones de) aplicación de la ley y la reducción drástica de la cantidad de tiroteos y homicidios” al estar al frente de la Policía de Tucson.

RECHAZADO POR LOS CONSERVADORES

Sin embargo, las fortalezas destacadas por la Administración demócrata de Biden son el blanco de ataques del lado conservador. La organización antiinmigrante Federación por una Reforma de Inmigración Estadounidense (FAIR) criticó duramente la confirmación de Magnus en el puesto.

“Durante su mandato como jefe de Policía en Tucson, Magnus fue un acérrimo defensor de las políticas de santuario (para inmigrantes) que socavan algunas de las mismas leyes que está a punto de hacer cumplir”, recalcó Dan Stein, presidente de la FAIR, en un comunicado.

Añadió que “mientras la Patrulla Fronteriza está abrumada por un número récord de personas que cruzan nuestra frontera ilegalmente, los hombres y mujeres que sirven en esa agencia merecen un líder que les brinde el apoyo y los recursos adecuados que necesitan para proteger al pueblo estadounidense”.

El rechazo hacia Magnus por parte de los conservadores logró retrasar su confirmación en el Senado, que ayer se consiguó con apenas 50 votos en favor después de casi siete meses de espera.

LOS ESCÁNDALOS DE CBP

Durante su audiencia frene al Senado, Magnus dijo que daría prioridad a la aplicación de las leyes de inmigración de EE.UU. mientras se mantiene el trato humano a los migrantes bajo custodia federal.

También destacó tener “una larga historia de transparencia y de compartir cosas con el público, sea cual sea el resultado”, porque cree que “así es como se mantiene y genera la confianza”.

Durante la Administración Trump, la CBP enfrentó una serie de investigaciones por las acciones de sus agentes, entre las que se destacan las relativas a insultos a inmigrantes y legisladoras hispanas en grupos secretos de Facebook.

Un informe dado a conocer en octubre pasado reveló que 135 empleados de CBP fueron investigados por “actividad inadecuada en las redes sociales” y determinó que 60 agentes debían ser amonestados.

Pese a todos los escándalos, Mark Morgan, quien fuera jefe de CBP entre julio de 2019 y enero de 2021, dijo que “claramente (Magnus) es el hombre equivocado en el momento equivocado para liderar la CBP”.

Morgan no fue confirmado por el Senado. Desde abril de 2019 la CBP no tenía un comisionado jefe confirmado por la Cámara Alta.

El Sindicato de los agentes de CBP, que apoyó abiertamente la reelección de Donald Trump, no se pronunció sobre la designación de Magnus.