En medio de la crisis causada por la gripe aviar en Estados Unidos, las autoridades fronterizas han registrado un incremento significativo en la incautación de productos de huevo en la frontera con México.
De acuerdo con datos de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), en lo que va del año fiscal 2025, se han decomisado más productos de huevo que cantidades de fentanilo, un potente opioide sintético que suele ser el foco de las interdicciones en la frontera.
En contraste, los decomisos de huevos alcanzaron 5.572 casos, una cifra que resalta el impacto de la crisis en el suministro de este alimento en Estados Unidos.
El problema se ha agudizado especialmente en la región fronteriza de San Diego, donde las autoridades han informado un aumento del 158% en la cantidad de intercepciones de productos de huevo en comparación con el año fiscal 2024.
Este fenómeno se debe en gran medida a la escasez y el alza en los precios de los huevos dentro del país, lo que ha llevado a muchas personas a intentar ingresarlos desde México sin conocer las restricciones vigentes.
El ingreso de huevos frescos, carne de pollo cruda y aves vivas desde México está prohibido
Las regulaciones estadounidenses prohíben el ingreso de huevos frescos, carne de pollo cruda y aves vivas desde México, debido al riesgo de propagación de enfermedades avícolas. La CBP ha enfatizado que, aunque muchas personas lo hacen sin mala intención, la introducción de estos productos sin autorización representa un peligro para la industria avícola y la salud pública.
El brote actual de gripe aviar ha sido catalogado como uno de los peores en la historia de Estados Unidos, afectando a millones de aves domésticas y contribuyendo a la escasez de productos derivados del huevo.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), la propagación de la enfermedad ha provocado un aumento en los costos de producción y, en consecuencia, un incremento en los precios de venta al consumidor.
Además del impacto económico, los expertos advierten que el transporte no regulado de productos avícolas puede acelerar la propagación de enfermedades altamente contagiosas, como la influenza aviar y la enfermedad de Newcastle.
Elementos aparentemente inofensivos, como cartones de huevos usados o jaulas de aves contaminadas, pueden convertirse en vehículos para la transmisión de estos virus.
Las restricciones impuestas por el USDA establecen que la mayoría de los productos de huevo provenientes de países con brotes de gripe aviar o enfermedad de Newcastle no pueden ingresar al país.
Sin embargo, existen excepciones para productos debidamente envasados, cocidos o inspeccionados por las autoridades. En algunos casos, los viajeros pueden llevar huevos frescos o preservados si presentan documentación que certifique su origen y que provienen de regiones sin antecedentes de enfermedades aviares.
Las autoridades han instado a los viajeros a informarse antes de intentar ingresar productos avícolas al país.