El aumento de infecciones respiratorias causadas por Mycoplasma pneumoniae ha despertado preocupación entre las autoridades sanitarias en Estados Unidos, especialmente por su impacto en niños pequeños desde finales de la primavera de 2024.

Aunque este patógeno es comúnmente asociado con enfermedades respiratorias leves, los recientes brotes han provocado un incremento en las hospitalizaciones y consultas de emergencia por casos de neumonía y bronquitis aguda.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han registrado un notable aumento en la incidencia de estas infecciones desde agosto, lo que ha llevado a la implementación de esfuerzos intensificados para su monitoreo y control.

El Mycoplasma pneumoniae es una bacteria que afecta el tracto respiratorio, y aunque suele causar síntomas leves como fiebre, tos y dolor de garganta, en algunos casos puede derivar en neumonía atípica. Esta infección, que suele afectar a niños en edad escolar y adolescentes, ha mostrado un patrón inusual en los últimos meses, afectando significativamente a niños más pequeños. Las complicaciones graves, como neumonía severa o encefalitis, aunque poco comunes, han generado mayor preocupación entre los profesionales de la salud. Además, la enfermedad puede agravar condiciones preexistentes, como el asma, lo que aumenta la necesidad de hospitalización en algunos casos, especialmente entre aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos.

Las infecciones por Mycoplasma pneumoniae suelen ser autolimitadas, pero la posibilidad de que persistan durante meses en el tracto respiratorio y su prolongado período de incubación, que varía entre una y cuatro semanas, ha facilitado su propagación en ambientes cerrados como escuelas y residencias estudiantiles. Este escenario ha contribuido al incremento de casos, especialmente entre los niños pequeños, un grupo que anteriormente no representaba un alto porcentaje de los diagnósticos. El porcentaje de niños de entre 2 y 4 años afectados por neumonía relacionada con Mycoplasma pneumoniae ha aumentado, pasando del 1,0 % al 7,2 %, mientras que en el grupo de 5 a 17 años los casos han ascendido del 3,6 % al 7,4 %.

El repunte de estas infecciones se ha visto favorecido por la relajación de las medidas de prevención adoptadas durante la pandemia de COVID-19. Durante este período, las tasas de infecciones respiratorias disminuyeron considerablemente debido al uso de mascarillas y al distanciamiento social. Sin embargo, con la normalización de las actividades, las infecciones respiratorias, incluidas las causadas por Mycoplasma pneumoniae, han resurgido con fuerza, presentando un nuevo desafío para el sistema de salud de EE. UU.

Actualmente, no existe un sistema de notificación nacional para estas infecciones, lo que complica la tarea de medir su verdadero impacto. Ante la falta de información precisa sobre la incidencia de la enfermedad, los CDC han intensificado su colaboración con los proveedores de atención médica y los departamentos de salud para aumentar la concienciación sobre este aumento y mejorar la vigilancia en centros médicos y hospitales. De esta manera, las autoridades buscan evitar una mayor propagación de la bacteria, promoviendo medidas de prevención como el lavado frecuente de manos y el uso de protección adecuada al toser o estornudar.

En cuanto al tratamiento, los antibióticos de primera línea, como los macrólidos, han demostrado ser efectivos para tratar las infecciones por Mycoplasma pneumoniae. Sin embargo, la resistencia bacteriana a estos antibióticos ha surgido como un desafío en ciertos casos, lo que ha llevado a considerar el uso de otros fármacos como fluoroquinolonas o tetraciclinas, aunque con precaución, especialmente en niños pequeños y mujeres embarazadas.

El resurgimiento de esta enfermedad también plantea dificultades para los médicos al momento de diagnosticarla, ya que sus síntomas pueden confundirse con los de otras infecciones respiratorias. Durante la pandemia de COVID-19, las herramientas de diagnóstico específicas para Mycoplasma pneumoniae se utilizaron menos, lo que ha complicado aún más la detección de esta infección en los últimos meses. Los expertos instan a los profesionales de la salud a estar atentos a los casos de neumonía adquirida en la comunidad que no mejoran con los antibióticos tradicionales y a considerar esta bacteria como una posible causa. El aumento de infecciones por Mycoplasma pneumoniae representa una amenaza significativa para la salud pública en EE. UU., particularmente entre los niños pequeños. Las autoridades sanitarias continúan monitoreando de cerca la situación y trabajando para mitigar su propagación a medida que el número de casos sigue en ascenso.