Según pronósticos, el domingo inicia una intensa temporada de huracanes, y a los expertos en tormentas y desastres les preocupa algo que podría ser tan caótico como los remolinos de viento: los recortes masivos al sistema federal que pronostica, rastrea y responde a los huracanes.
Los expertos están alarmados por las grandes reducciones de personal, las restricciones de viaje y capacitación y los cortes de subvenciones impuestos desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo, tanto en la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), que se prepara y responde a los huracanes, como en la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), que los rastrea y pronostica.
“Mi pesadilla es una gran tormenta catastrófica en un área que se tambalea por el impacto de toda esta tontería de la administración Trump y que la gente muera. Y eso podría suceder en Florida, podría suceder en Texas, podría suceder en Carolina del Sur”, señaló Susan Cutter, directora del Instituto de Investigación de Riesgos y Vulnerabilidad de la Universidad de Carolina del Sur.
Representantes de la NOAA y la FEMA afirman que las agencias están preparadas.