La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, que llegó el domingo a Madrid y que tendrá esta semana varias actividades con la reina Letizia, ha roto moldes en la Casa Blanca al convertirse en la primera esposa de un presidente en mantener un empleo a tiempo completo, en su caso de profesora.

De 71 años, Jill Biden ha dedicado su vida a la educación: Comenzó como maestra de secundaria para niños con necesidades especiales y cuando su marido, Joe Biden, fue vicepresidente de Barack Obama entre 2009 y 2017 compaginó su agenda institucional con su empleo de profesora de inglés en un centro público universitario de Virginia, donde ahora como primera dama sigue desempeñando su trabajo.

Esa decisión, la de seguir manteniendo su independencia laboral, además de mantenerse al frente de la oficina de la primera dama, es histórica.

Desde la Casa Blanca, y a lo largo de la pandemia, se ha erigido en la defensora de la importancia de los educadores.

Como muchos profesores, en septiembre pasado la primera dama regresó a las clases presenciales en un centro público de educación superior, el Northern Virginia Community College, donde ha impartido dos secciones de un curso introductorio a la escritura académica.

A lo largo de la pandemia, la primera dama ha abogado por la importancia de regresar a las clases presenciales:»Sé que las aulas son mucho más que lugares donde los niños aprenden matemáticas y lectura», escribió en un artículo para la cadena ABC News en agosto pasado.

Jill Biden obtuvo en 2007 un doctorado en educación, un título por el que trabajó durante seis años.

Conoció a Joe Biden en 1975 en una cita organizada por el hermano de él. Jill estaba aún terminando su grado de inglés en la Universidad de Delaware y se estaba separando de su primer marido. Joe venía de pasar tres duros años tras la muerte de su primera esposa, Neilia Hunter Biden, en un accidente de tráfico, en el que también falleció su hija Naomi, aún una bebé.

Ambos contrajeron matrimonio en 1977 en una discreta ceremonia católica en la capilla de las Naciones Unidas en Nueva York.

Jill vino a reemplazar el vacío de la familia Biden para convertirse, no solo en esposa del entonces senador, sino también en madre para sus hijos, Beau y Hunter. «Puso las piezas de nuevo juntas. Me devolvió la vida y una familia», aseguró Joe Biden en una entrevista.

Tras cuatro años de matrimonio, nació la única hija de ambos: Ashley Biden, activista y trabajadora social muy cercana al recién investido presidente.

Jill, que creció en el seno de una familia de clase media en Filadelfia, ha intentado mantener un rol discreto e independiente de la política que ha vivido a diario durante décadas, primero en los años de su marido como senador, posteriormente como vicepresidente y actualmente como presidente.

Sus estudiantes la llaman «Doctor B» y desde que está en la Casa Blanca su labor ha estado enfocada en la educación.

Ahora visita España por primera vez como primera dama para acompañar a su esposo durante su estancia en Madrid para asistir a la cumbre de la OTAN, aunque él llegará el martes. Jill Biden tendrá una agenda con varias actividades en las que la reina Letizia hará de anfitriona.

El lunes, la primera dama estadounidense se verá con la reina Letizia en el Palacio de la Zarzuela y luego se trasladarán a la sede de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) para visitar sus instalaciones.

Tras este recorrido, Jill Biden se reunirá en la Moncloa con Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

El martes, la estadounidense volverá a encontrarse con la reina Letizia para visitar el centro de acogida a ucranianos en Pozuelo de Alarcón (Madrid).

Por la tarde, Joe y Jill Biden acudirán al Palacio Real con motivo de la cena que los reyes ofrecerán a los mandatarios de los 30 países de la OTAN que van a participar en la cumbre.

La agenda de la primera dama de EE.UU. seguirá el miércoles, cuando asistirá a parte del programa para las cónyuges de los líderes que participarán en la cumbre de la OTAN.

Esa misma tarde, Jill Biden partirá sola de la base aérea de Torrejón en dirección a la base aérea de Andrews, en Washington DC, para luego regresar a la Casa Blanca.