La Casa Blanca dio inicio el lunes a una celebración de una semana por los primeros 100 días de Donald Trump como presidente, centrándose en sus estrictas restricciones fronterizas, un área de relativa fortaleza para el mandatario en un momento en que los más recientes sondeos arrojan señales de alerta.

En el césped de la Casa Blanca se colocaron carteles con fotos de inmigrantes acusados de delitos como violación y asesinato, posicionados de tal manera que aparecieran en el fondo de las transmisiones televisivas fuera del Ala Oeste. Tom Homan, zar fronterizo de Trump, dijo a los periodistas que ha habido un “éxito sin precedentes” en materia de seguridad fronteriza y “vamos a seguir haciéndolo, a toda velocidad”.

La inmigración es el tema principal de Trump en las encuestas de opinión pública, y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo en una conferencia matutina que el gobierno está en “las etapas iniciales de llevar a cabo la campaña de deportación más grande en la historia de Estados Unidos”.

Según la Casa Blanca, aproximadamente 139.000 personas han sido deportadas hasta ahora. Las deportaciones han quedado rezagadas ocasionalmente respecto a las cifras del expresidente Joe Biden, pero los funcionarios de Trump aseguran que la comparación no es válida, porque actualmente hay muchas menos personas que cruzan la frontera.