Llevamos dos años escuchándolo: si una nueva ola de covid-19 durante el invierno confluye con la de otros virus respiratorios como la gripe, las secuelas para el sistema hospitalario serían devastadoras. Predicciones que afortunadamente no llegaron a materializarse pues, hasta hace poco, desplazados por el coronavirus y las medidas de distanciamiento social, otros patógenos brillaron por su ausencia.

Pero hay señales que indican que están de vuelta con más fuerza que nunca y que los presagios de una posible ‘twindemia’o ‘tridemia’, como algunos la llaman, podrían finalmente hacerse realidad.

“Es posible que tengamos una convergencia de los tres virus respiratorios comunes -VRS, influenza y covid-19- y que alcancen si pico al mismo tiempo. Esa siempre ha sido la preocupación desde que apareció el coronavirus”, advierte a Univision Noticias, Leana Wen, médico de emergencia y especialista de salud pública de la Universidad de George Washington, para quien eso no ocurrió en los dos años anteriores gracias a las medidas de mitigación.

“Ahora que no están y que no hay inmunidad base porque la gente no se ha topado con estos virus en mucho tiempo y es más susceptible, estoy preocupada de que los hospitales terminen sobrecargados”, señala.

Quienes trabajan en salas de emergencia y unidades de cuidados intensivos pediátricos ya lo constatan en carne propia.

“Estamos viendo que todos han vuelto con venganza”, dice a The Washington Post Alpana Waghmare, experta en enfermedades infecciosas del Hospital Infantil de Seattle.

“Los hospitales de niños en este país se están ahogando en este momento”, comenta a The New York Times, Elizabeth Mack, jefe de la unidad de cuidados intensivos pediátricos de la Universidad de Carolina del Sur, quien ha recibido llamadas de otras ciudades preguntando si tienen camas disponibles.

Centros pediátricos como el Hospital de Niños de Connecticut se han visto obligados a habilitar carpas para aumentar su capacidad ante un aumento sin precedentes del VRS o virus respiratorio sincitial, que en adultos se asemeja a un resfriado común, pero que puede ser particularmente peligroso para menores de 5 y personas mayores.

Algo completamente atípico para esta época del año, pues antes de la pandemia los picos de contagios de VSR suelen ocurrir de diciembre a febrero, o durante la primavera.