La osteoporosis afecta a alrededor de 10 millones de personas en los Estados Unidos de 50 años o más, y cuatro veces más mujeres que hombres, según el Grupo de Trabajo de Osteoporosis.

La reseña de The Washington Post señala que la osteoporosis se considera una enfermedad “silenciosa” porque las personas generalmente no tienen síntomas.

Pero quienes padecen esta enfermedad las personas no sienten que sus huesos se debilitan y no se dan cuenta hasta que se rompen un hueso de una manera inesperada, como una caída menor, levantar algo o simplemente toser.

Las personas con osteoporosis tienen una afección similar pero menos grave llamada osteopenia.

Cómo prevenir la osteoporosis

Una exploración de densidad ósea, un tipo de rayos X de baja dosis que mide los minerales en los huesos de una persona, puede ayudar a evaluar la fuerza y ​​el grosor de los huesos.

La prevención de la osteoporosis comienza en la primera infancia a través de la ingesta de una dieta saludable para los huesos y abundante actividad física.

Mientras más masa ósea tengamos al llegar a la edad adulta, es menos probable que tengamos huesos débiles y quebradizos en la vejez.

En el caso de los adultos, para mantener los huesos fuertes y evitar las posibles consecuencias de la debilidad de estos órganos, los expertos en salud sugieren llevar una dieta rica en calcio y vitamina D, no fumar y hacer ejercicio con pesas regularmente.

No necesariamente debes someterte a actividades muy pesadas o disciplinarias, puedes caminar, trotar o subir escaleras, pero lo más importante es ser constante.

También se recomienda hacer ejercicios para fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio. En algunos casos, se prescriben medicamentos para disminuir la tasa de pérdida ósea y reconstruir la fortaleza ósea.

Los Institutos Nacionales de Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés) explican que los medicamentos que retrasan la pérdida ósea incluyen bisfosfonatos, calcitonina, bloqueadores de RANKL, estrógeno y medicamentos que modifican la forma en que actúa el estrógeno en el cuerpo.

Además, los NIA aconsejan que para cuidar nuestros huesos en la edad adulta, consumamos alimentos que contengan suficiente calcio, vitamina D y proteínas todos los días. Lácteos bajos en grasa; verduras de hoja verde; pez; así como los jugos, la leche y los cereales fortificados.

También nos podemos activar realizando entrenamientos de fuerza, caminar, hacer senderismo, trotar, subir escaleras, jugar tenis y bailar.

Por otra parte, fumar aumenta el riesgo de huesos debilitados y consumir alcohol en exceso también puede perjudicar.