El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidió el martes a la ONU que despierte de su “letargo” en el combate a la corrupción y la desigualdad y propuso un plan de ayuda a los pobres pagado por contribuciones voluntarias de las 1.000 personas más ricas del planeta.

“Nunca en la historia de esta organización se ha hecho algo realmente sustancial en beneficio de los pobres, pero nunca es tarde para hacer justicia”, dijo el mandatario ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

López Obrador habló durante un debate sobre mantenimiento de la paz y seguridad internacionales tras haberse reunido con el Secretario General de la ONU, António Guterres.

Este es el segundo viaje al exterior del mandatario en los casi tres años que lleva en el poder. El primero fue a Washington en julio de 2020 para reunirse con el expresidente estadounidense Donald Trump.

En su discurso, López Obrador propuso un plan para “garantizar el derecho a una vida digna” a 750 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares diarios. Éstas, dijo, podrían ser ayudadas por un fondo procedente de tres fuentes: una contribución voluntaria del 4% de la fortuna de las 1.000 personas más ricas del planeta; una donación similar para las 1.000 empresas privadas más importantes, en base a su valor en el mercado mundial, y una donación del 0,2% del Producto Interno Bruto de los países integrantes del Grupo de los 20.

López Obrador dijo que este plan, al que llamó el Estado Mundial de Fraternidad y Bienestar, podría recaudar 1.000 millones de dólares anuales.

“No creo que algunos miembros permanentes de este consejo se opongan a nuestra propuesta”, dijo el mandatario.

López Obrador habló el martes aprovechando la toma de posesión de México como titular temporal del Consejo de Seguridad de la ONU.

El presidente mexicano reiteradamente se ha mostrado reacio a viajar -algo que ha vinculado con los excesos de presidentes anteriores- y ha delegado su participación en los foros más importantes en el canciller Marcelo Ebrard, incluso en la última reunión del G20. Siempre repite que la mejor política exterior es una buena política interior.

López Obrador pidió a las Naciones Unidas que juegue un papel más importante en su combate contra la desigualdad, considerada por muchos como factor de inestabilidad en la paz y seguridad internacionales.

“Es importante que la ONU despierte de su letargo y salga de la rutina, del formalismo, que se reforme y que denuncie y combata la corrupción en el mundo, que luche contra la desigualdad y el malestar social que cunden en el planeta, con más decisión, profundidad, protagonismo, con más liderazgo,” dijo el mandatario.

Su plan para ayudar a los pobres será presentado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en los próximos días, dijo el mandatario.