Entre 2019 y 2023, las principales causas de muerte en Estados Unidos han mantenido una tendencia estable, con enfermedades cardíacas y cáncer ocupando los dos primeros lugares en la lista. Un informe reciente, basado en datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y publicado en JAMA, arroja luz sobre cómo estas enfermedades continúan siendo las mayores amenazas para la salud de los estadounidenses, a pesar de los avances médicos y las campañas de prevención.

A lo largo de más de un siglo, las enfermedades cardíacas han sido la principal causa de muerte en el país, con más de 650,000 muertes anuales en los últimos cinco años. Aunque las tasas de mortalidad por estas afecciones han disminuido desde 2009, el número total de fallecimientos sigue siendo alto. El cáncer, por su parte, también se mantiene como una de las principales causas de muerte, cobrando la vida de más de 613,000 personas en el último año. La prevención y el control de estas enfermedades son temas recurrentes entre los expertos en salud, quienes enfatizan la importancia de la atención primaria y la detección temprana.

El informe también revela el significativo impacto que la pandemia de COVID-19 ha tenido en las estadísticas de mortalidad. La aparición del virus en 2020 alteró de manera notable el panorama de las causas de muerte, situando a la COVID-19 como la tercera causa principal en ese año. En solo cuatro años, la enfermedad ha cobrado más de un millón de vidas en Estados Unidos. Sin embargo, para 2023, la COVID-19 cayó al último lugar entre las diez principales causas de muerte, un descenso atribuido a la amplia cobertura de vacunación y la inmunidad adquirida por infecciones previas.

A pesar de este descenso, los expertos advierten que la pandemia no ha terminado. Con casi 50,000 muertes atribuidas a la COVID-19 en el último año, la enfermedad sigue siendo una amenaza, aunque menos prominente que en los años anteriores. La posibilidad de nuevas variantes y el desgaste de la inmunidad son factores que podrían alterar nuevamente su posición en el futuro.

Otro aspecto relevante del informe es el aumento en las muertes por sobredosis de drogas, un problema que ha contribuido al ascenso de las lesiones no intencionales como una de las principales causas de muerte. Aunque el estudio no aborda específicamente las sobredosis, estas son consideradas un factor determinante en el incremento del 26% en las muertes por lesiones no intencionales entre 2019 y 2023. La situación refleja una crisis de salud pública en ascenso, impulsada en gran parte por la epidemia de opioides.

El informe también destaca cambios en otras categorías de causas de muerte. Las enfermedades hepáticas crónicas y la cirrosis, que en 2019 ocupaban la undécima posición, ascendieron al noveno lugar en 2023. Este incremento del 15% en la tasa de mortalidad está asociado a factores como el consumo excesivo de alcohol y la obesidad, aunque los investigadores señalan la necesidad de más estudios para comprender plenamente esta tendencia.

En contraste, el suicidio, que había sido una de las diez principales causas de muerte, cayó de la lista en 2023. A pesar de esta disminución en su clasificación, la tasa de suicidios no ha mostrado una reducción significativa. En 2023, la tasa era de 14.1 por cada 100,000 personas, un leve aumento respecto a 2019. Esta estabilidad en la tasa de suicidios, a pesar de la crisis de salud mental exacerbada por la pandemia, es vista con cierto optimismo por los expertos, quienes sugieren que las intervenciones y el apoyo en salud mental podrían estar comenzando a mostrar efectos positivos.