En la cultura latina, las tradiciones familiares son un tesoro que pasa de generación en generación. Sin embargo, cuando se trata de la seguridad de nuestros pequeños, es crucial examinar estas prácticas a la luz de la evidencia científica más reciente. Las andaderas para bebés, que han sido consideradas una herramienta útil en muchos hogares latinos, ahora están en el centro de un importante debate sobre la seguridad infantil.

Impacto de las andaderas: Datos alarmantes que no podemos ignorar

Un informe de Consumer Reports ha revelado cifras impactantes sobre el uso de andaderas:

“Entre 2004 y 2008 se reportaron más de 3,000 lesiones en niños menores de 15 meses y 8 muertes relacionadas”, menciona Luz Plasencia, representante de Consumer Reports.

Estas cifras son un llamado de atención para todas las familias latinas. Lo que parece una práctica segura puede convertirse en un riesgo grave en cuestión de segundos.

El hogar: Un campo minado inesperado

Contrario a la creencia de que las andaderas protegen a los bebés, en realidad aumentan los riesgos. Plasencia advierte: “El uso de andaderas expone a los bebés a peligros como el acceso a medicinas, superficies calientes y otros lugares que normalmente no alcanzarían”.

Los espacios que consideramos seguros, como la cocina o la sala, pueden transformarse en zonas peligrosas cuando un bebé utiliza una andadera.

Desmintiendo mitos sobre el desarrollo infantil

Durante generaciones se ha creído que las andaderas fortalecen las piernas de los bebés y los ayudan a caminar más rápido. Sin embargo, la ciencia desmiente estos mitos:

“No hay estudios que respalden la idea de que el uso de andaderas fortalezca los músculos o acelere el proceso de caminar”, asegura Plasencia.

Es momento de replantearnos si esta práctica es realmente beneficiosa o si estamos poniendo en riesgo a nuestros hijos por seguir una tradición sin base científica.

Alternativas seguras que honran nuestra cultura

Afortunadamente, existen alternativas que permiten cuidar a nuestros pequeños sin comprometer su seguridad ni nuestras tradiciones:

  • Corralitos seguros: Ofrecen un espacio controlado donde el bebé puede explorar de forma segura.
  • Tiempo boca abajo supervisado: Fortalece los músculos del bebé y fomenta el vínculo entre padres e hijos.
  • Juegos tradicionales en el piso: Actividades como “tortillitas de manteca” o “aserrín aserrán” son opciones seguras que mantienen viva nuestra herencia cultural.
  • Caminadores de empuje: Para bebés más grandes, estos juguetes ofrecen una manera segura de practicar el equilibrio.

¿Es momento de seguir el ejemplo canadiense y prohibir las andaderas para bebés en los Estados Unidos?

Mientras que Canadá prohibió las andaderas en 2004 tras una serie de pruebas y evaluaciones de riesgos, en EE.UU. aún se reportan miles de lesiones anualmente a pesar de las regulaciones implementadas por la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (CPSC).

Cifras clave:

Entre 2004 y 2008, se registraron más de 3,000 lesiones anuales en niños menores de 15 meses.
De 2021 a 2023, el promedio anual de lesiones fue de 2,467 en niños menores de 5 años, incluidas andaderas, saltadores y ejercitadores.

Contrario a lo que muchos creen, los expertos afirman que las andaderas no favorecen el desarrollo. Según Maral Amani, terapeuta física pediátrica: “Las andaderas no permiten que los niños aprendan a soportar su peso correctamente y pueden fomentar patrones de marcha incorrectos”.