El uso prolongado de benzodiazepinas y sus agonistas altera la estructura del sueño, mostrando un aumento en el sueño ligero y una disminución en el sueño profundo. Estos cambios tienen implicaciones importantes para la salud cognitiva, describe una investigación.

El estudio, publicado en Sleep, evaluó la arquitectura del sueño y las oscilaciones del movimiento ocular no rápido (NREM) en adultos mayores con insomnio.

La receta de benzodiazepinas (BZD) y los agonistas de los receptores de benzodiazepinas (BZRA, o “fármacos Z”) es frecuente, debido a que el insomnio afecta aproximadamente a un tercio de los adultos mayores. Estos medicamentos pueden reducir la latencia del sueño y mejorar su continuidad, pero a la vez, su uso a largo plazo, se asocia a riesgos como caídas, deterioro cognitivo y sedación diurna residual.

Consecuencias en el funcionamiento cognitivo

El estudio indica que la alteración de las oscilaciones cerebrales asociadas al sueño ligero y profundo puede contribuir a problemas de memoria y mayor somnolencia durante el día. La relación entre el sueño menos reparador y la función cognitiva es clara en los pacientes con insomnio crónico.

De allí, la advertencia del uso crónico de sedantes, que puede alterar estos procesos.

Datos del estudio

Los adultos mayores de 55 a 80 años se clasificaron como personas con buen sueño (PS), personas con trastorno de insomnio (INS) o personas con insomnio y consumo crónico de sedantes (MED). Todos dieron su consentimiento y se realizaron una polisomnografía (PSG). Los participantes en MED continuaron con su medicación prescrita (BZD o BZRA). La arquitectura del sueño se evaluó según las normas de la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM).

Se registró un electroencefalograma (EEG) con 13 electrodos en el cuero cabelludo. Los índices derivados incluyeron el período total de sueño (TSP), el tiempo total de sueño (TST), la latencia del inicio del sueño (SOL), el tiempo en cama (TIB), la eficiencia del sueño (SE), la densidad de despertares y el índice de fragmentación del sueño (SFI). La potencia espectral se estimó mediante la transformada rápida de Fourier y el método de Welch, y se resumió como potencia relativa en las bandas de oscilación lenta (OS), delta, theta, alfa, sigma y beta. Los husos se detectaron mediante un algoritmo: husos lentos en el frontal (Fz) y husos rápidos en el parietal (Pz).

Se detectaron oscilaciones lentas mediante un filtro de respuesta finita al impulso (FIR); el acoplamiento entre el SO y los husos se cuantificó mediante el acoplamiento fase-amplitud (PAC), el índice de modulación (IM) y la fase de acoplamiento preferida (CP). Las diferencias entre los grupos se analizaron mediante análisis de varianza (ANOVA) y pruebas no paramétricas con control de la tasa de falsos positivos. Se realizaron análisis exploratorios relacionados con la dosis de medicación (equivalentes de diazepam) y la duración del sueño, y se compararon los usuarios de BZD y BZRA.

Sedantes = mayor tiempo de sueño, menos calidad

En una muestra de 101 adultos mayores, los grupos que tomaron sedantes mostraron menor eficiencia del sueño y patrón de fragmentación más alto. Los resultados sugieren que, a pesar de un tiempo total de sueño mayor, la calidad del mismo es inferior.

El consumo crónico de medicamentos se asoció con un sueño más ligero y menos reparador. El grupo MED pasó más tiempo en la etapa N1 (la etapa más ligera del sueño NREM) y menos en la etapa N3 (sueño NREM profundo de ondas lentas) que el grupo GS y el grupo INS, y la etapa N2 (sueño NREM intermedio) también se prolongó en comparación con el grupo INS. La duración del sueño REM no difirió entre los grupos, aunque la latencia REM (tendencia; no significativa tras la corrección por comparación múltiple) tendió a ser mayor en el grupo MED.

Tratamiento del insomnio

El sueño asistido con medicamentos no es lo mismo que el sueño reparador. En adultos mayores con insomnio, el uso crónico de BZD y BZRA se asocia con más sueño ligero, menos sueño profundo, menor actividad theta, alteración de la dinámica de los husos y un acoplamiento más débil y retardado entre las oscilaciones lentas y los husos, mecanismos vinculados a la memoria.

Los resultados enfatizan la necesidad de considerar tratamientos alternativos, como la terapia cognitivo-conductual, para gestionar el insomnio. Es crucial que los médicos prescriban estos medicamentos con precaución, considerando sus efectos negativos en la salud cognitiva.