Más de 4.000 personas molestas por los continuos cortes de electricidad en el territorio estadounidense de Puerto Rico se manifestaron el viernes para denunciar cómo la falta de electricidad ha afectado a su salud, su trabajo y la escolarización de sus hijos.

Muchos de ellos exigieron la salida de Luma, una empresa privada que se hizo cargo de la transmisión y distribución de energía en la isla desde el 1 de junio. Algunos también están enfadados con la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico, que posee y opera unidades de generación que se han estropeado en las últimas semanas, en gran parte debido a la falta de mantenimiento y reparación.

“Estamos hartos de llegar a casa y percatarnos que no tenemos luz”, dijo Mayra Rivera, de 55 años, añadiendo que está especialmente preocupada por sus padres, que tienen más de 90 años, y por el calor sofocante que experimentan en casa.

Miles de personas marcharon al atardecer por una de las principales autopistas de la capital, San Juan, bloqueando el tráfico. Una vez que oscureció, mantuvieron sus teléfonos móviles en alto, convirtiendo la autopista en un mar de pequeñas luces. La última vez que se cortó la autopista fue durante las grandes protestas de 2019 que llevaron a la dimisión del gobernador.

Algunos llevaban camisetas en las que se leía: “Vete al diablo, Luma”.

Entre los que marchaban estaba Juan Antonio Rivera, de 78 años, quien dijo que el corte más reciente lo dejó a oscuras esta semana durante 43 horas. Los anteriores dañaron sus dos computadoras.

”Y arreglar una costó 200 dólares”, exclamó. “Aquí tengo los recibos para llevárselos a Luma”.

Los cortes de electricidad se han producido con más frecuencia y han durado más tiempo en los últimos meses, y la gente se queja de que no puede administrarse terapias respiratorias o ha tenido que desechar su insulina o los alimentos. Muchos también se han quejado de que no pueden trabajar o de que sus hijos no pueden tomar sus clases en línea, y de que se han dañado aparatos caros.

Los apagones no sólo se han producido tras la avería de las unidades de generación, sino también por los cortes selectivos anunciados por Luma que duran varias horas después de que los funcionarios advierten que la demanda está superando la oferta.

Un manifestante, que trabajaba como operador de líneas para la Autoridad de Energía Eléctrica, se puso su ropa de trabajo, con todo y casco y cinturón de herramientas, y dijo que estaba frustrado y enfadado por los apagones, ya que su madre está postrada en la cama.

“Ella va a sufrir”, dijo.