La crisis migratoria se recrudeció en México tras la salida de una nueva caravana el jueves desde Tapachula, en la frontera con Guatemala, mientras avanza por el oriental estado de Veracruz un contingente anterior conformado todavía por centenares de personas.

Unos 3,000 migrantes, en su mayoría centroamericanos y haitianos, salieron en una nueva caravana desde Tapachula, en el suroriental estado de Chiapas.

Su destino es en principio la Ciudad de México, donde buscarán regularizar la situación migratoria, aunque no descartan enfilar directamente hasta la frontera norte, tal y como anunció recientemente el contingente que partió hace casi un mes también desde Tapachula y que hoy se halla en el oriental estado de Veracruz.

El nuevo grupo de migrantes está conformado en buena medida por familias y partió de madrugada de Tapachula, anticipándose a las altas temperaturas y humedad que azotan la región.

Antes de su salida realizaron oraciones para encomendarse a Dios y pedir que las autoridades les dejen avanzar sin problemas.

Temor a las autoridades

El vocero de esta nueva caravana, el activista Luis Rey García Villagrán, afirmó que el contingente está abierto al diálogo. Pero pidió al Gobierno de México, específicamente al Instituto Nacional de Migración (INM), que garantice que las tarjetas de visitante por razones humanitarias que se han entregado en las últimas semanas a varios centenares de extranjeros que formaban parte del contingente que hoy se encuentra por Veracruz tengan validez para todo el territorio.

El activista añadió que son alrededor de 14 nacionalidades que han emprendido esta caravana y prevé que puedan unirse más migrantes en su travesía por el estado de Chiapas.

Johny es uno de los migrantes haitianos que se han integrado en esta nueva caravana.

“Me dicen que vamos a caminar unos mil kilómetros para llegar a nuestro destino, que es Estados Unidos”, contó a Efe, y esperó pronto llegar a algún lugar donde encontrar trabajo y asentarse.

Josué Ignacio, un migrante hondureño, emprendió el viaje en la caravana alegando que las autoridades de migración no le resuelven su situación.
“Ya estuve con mi familia, arreglamos papeles y tarjetas y la propia Migración se encargó de quitarnos eso. Teníamos permiso de un año, estábamos trabajando en Monterrey y quisimos visitar familia en otro estado y nos quitaron el permiso”, aseguró.

Esta caravana avanzó unos 11 kilómetros hasta la primera garita migratoria, donde los migrantes pasaron con toda libertad pese a la presencia de la Guardia Nacional y de funcionarios.

Finalmente, llegaron al municipio de Huehuetán.