El descubrimiento de una nueva variante del COVID-19 provocó escalofríos en gran parte del mundo el viernes, haciendo que varias naciones se apresuraran a restringir los viajes aéreos, que los mercados se desplomaran y que los científicos sostuvieran reuniones de urgencia para sopesar los riesgos exactos, que eran en gran parte desconocidos.
Los expertos médicos, incluida la Organización Mundial de la Salud, advirtieron contra cualquier reacción desproporcionada antes de que se entienda mejor la variante que se originó en el sur de África, pero un mundo nervioso temía lo peor casi dos años después de que surgiera el COVID-19 y desencadenara una pandemia que ha matado a más de 5 millones de personas en todo el mundo.
El secretario de Salud británico, Sajid Javid, dijo a los legisladores que la nueva versión puede ser más transmisible que la variante delta y hacer que las vacunas sean menos efectivas. “Debemos actuar con rapidez y lo antes posible”, dijo Javid.
Algunas naciones tomaron medidas para limitar los vuelos desde el sur del continente africano y las acciones se desplomaron en Asia, Europa y Estados Unidos. El Promedio Industrial Dow Jones cayó 800 puntos al inicio de las operaciones del viernes. El precio del petróleo se desplomó un 7%.
“Lo último que necesitamos es traer una nueva variante que nos cause aún más problemas”, afirmó el ministro de Salud de Alemania, Jens Spahn. El funcionario habló en medio de un aumento masivo de casos en la Unión Europea de 27 naciones, que recomendó la prohibición de vuelos desde naciones del sur de África.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó en un comunicado que proponía “en estrecha coordinación con los estados miembro, activar el freno de emergencia para detener los viajes aéreos desde la región del sur de África”.
Dijo que los vuelos “deberían suspenderse hasta que tengamos una comprensión clara del peligro que representa esta nueva variante, y los viajeros que regresan de esta región deben respetar las estrictas reglas de cuarentena”.
Ella insistió en tomar una precaución extrema, advirtiendo que “las mutaciones podrían conducir a la aparición y propagación de variantes aún más preocupantes del virus que podrían extenderse por todo el mundo en unos pocos meses”.
Los científicos dicen que la nueva variante detectada en Sudáfrica es preocupante por su alto número de mutaciones y su rápida propagación entre los jóvenes de Gauteng, la provincia más poblada en ese país.
Según Berlín, la propuesta de von der Leyen podría empezar a aplicarse el viernes en la noche. Spahn dijo además que las aerolíneas procedentes de Sudáfrica solo podrán trasladar a ciudadanos alemanes, y los pasajeros tendrán que pasar una cuarentena de 14 días, estén vacunados o no.
Alemania su récord diario de contagios en los últimos días y el jueves superó la barrera de los 100.000 muertos por COVID-19.
En Italia, el Ministerio de Salud anunció medidas para vetar la entrada al país de cualquiera que haya estado en siete naciones del sur de África — Sudáfrica, Lesoto, Botsuana, Zimbabue, Mozambique, Namibia y Suazilandia — en los últimos 14 días. Y Holanda está estudiando normas similares.
“Estas naciones están consideradas zonas de alto riesgo. Esto significa cuarentena y pruebas dobles para quienes viajen desde esos países”, afirmó el ministro holandés de Salud, Hugo De Jonge.
Por su parte, el Ministerio de Salud de Israel anunció el primer caso de la nueva variante en el país en un viajero que regresó desde Malawi. Esa persona, y otros dos casos sospechosos, estaban aislados. Las tres estaban vacunadas, pero se está investigando su estatus exacto de vacunación.
La cuarta ola de la pandemia está golpeando especialmente al bloque de 27 naciones, donde los gobiernos se apresuran a endurecer las restricciones para contener los contagios. La propuesta de prohibición de los vuelos sigue a una medida similar de Gran Bretaña en la víspera.
Londres anunció que vetaría los vuelos procedentes de Sudáfrica y de otras cinco naciones de sur del contienen desde el mediodía del viernes, y que se pedirá a quien haya entrado recientemente al país desde alguno de esos destinos que pase una prueba de detección del COVID-19.
El coronavirus evoluciona a medida que se propaga y muchas de las nuevas variantes, incluyendo las que tienen mutaciones preocupantes, suelen desaparecer sin más. Los científicos monitorean los posibles cambios que podrían ser más contagiosos o letales, pero determinar qué nuevas versiones pueden tener un impacto en la salud pública toma tiempo.
La nueva variante, que por el momento se identifica como B.1.1.529, fue detectada también en Botsuana y en Hong Kong en viajeros procedentes de Sudáfrica, agregó.
El grupo de trabajo técnico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunirá el viernes para evaluar esta nueva versión del virus y podría decidir bautizarla con una letra del alfabeto griego.
De acuerdo con los datos de la OMS, en la última semana, las infecciones por coronavirus se incrementaron un 11% en Europa, que es la única región del mundo donde el COVID-19 sigue propagándose. El director de la agencia de Salud de Naciones Unidas para Europa, el doctor Hans Kluge, advirtió que si no se toman medidas urgentes la región podría registrar 700.000 muertes más antes de la primavera.
La UE creó su mecanismo de emergencias para enfrentar problemas de este tipo.
Cuando la situación epidemiológica de un tercer país o región empeore rápidamente, en especial si se ha detectado una variante preocupante o de interés, los estados miembros deben adoptar restricciones urgentes y temporales en los viajes a la UE. Esto no debería afectar a los ciudadanos comunitarios, a residentes de larga duración en el bloque y a ciertas categorías de viajeros esenciales, que sí tendrán que someterse a pruebas de detección del virus y cuarentenas, incluso aunque estén completamente vacunadas.
Estas restricciones deben revisarse al menos cada dos semanas.