En un nuevo estudio publicado en la sección de Enfermedades Infecciosas de Lancet, el equipo de investigadores liderado por el Dr. Ziyad Al-Aly, director del Centro de Epidemiología Clínica en el Sistema de Atención Médica de Asuntos de Veteranos en St. Louis, desmitifica la comparación entre el COVID-19 y la gripe estacional.
Contrario a la propaganda que minimizaba la gravedad del virus, el estudio demuestra que el COVID-19 no solo es más mortal que la gripe, sino quetambién causa daños a largo plazo significativos en la salud.
Aunque la intención inicial no era evaluar la influenza a largo plazo, el estudio proporciona la primera evaluación integral de la llamada “gripe larga”.
El análisis comparativo, que abarcó 18 meses de seguimiento de pacientes hospitalizados por COVID-19 y gripe, reveló que el COVID-19 no solo tiene una tasa de mortalidad acumulada más alta, sino que también causa más daños en la salud en comparación con la influenza.
La fase aguda de la infección por COVID-19 resultó ser mucho más grave, con un riesgo de muerte 2.5 veces mayor que la influenza en los primeros 30 días.
Riesgos mayores con el Covid
El Dr. Al-Aly enfatizó que los riesgos para la salud eran mayores después de los primeros 30 días de infección, desafiando la percepción común de que la superación del COVID-19 implica una recuperación completa. Además, destacó que la COVID-19 es una enfermedad multisistémica, mientras que la gripe es más un virus respiratorio.
El impacto de la COVID-19 en la salud mental también fue un aspecto preocupante, con un aumento significativo en el riesgo de estrés agudo y pensamientos fatales en comparación con la influenza. Además, el riesgo de complicaciones a largo plazo, como ataques cardíacos y embolia pulmonar, fue considerablemente mayor en pacientes con COVID-19.
Estos hallazgos llegan en un momento crítico, ya que el mundo enfrenta una ola masiva de infecciones causadas por la subvariante Omicron JN.1. Las tasas de hospitalización por COVID-19 ya están aumentando en países como Singapur, donde JN.1 es dominante, incluso con altas tasas de vacunación.
El estudio subraya la necesidad de una estrategia de salud pública global, rechazando la comparación errónea entre el COVID-19 y la gripe. En medio de informes de un aumento significativo de fallecimientos, especialmente entre los jóvenes en edad de trabajar, y el persistente impacto de Long COVID, el estudio destaca la necesidad urgente de abandonar enfoques reaccionarios y adoptar estrategias preventivas para enfrentar no solo el COVID-19 sino todas las enfermedades infecciosas.