El exguerrillero Daniel Ortega, que gobierna sin contrapesos en Nicaragua, busca en las elecciones del próximo domingo su quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, apoyado en Rusia, Venezuela y Cuba y enfrentado con Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

También con sus principales rivales detenidos, con miles de nicaragüenses huyendo del país por razones de seguridad o económicas, con el apoyo de Cuba, Taiwán y Venezuela, y confrontado con la iglesia Católica y la principal cúpula patronal nicaragüense, además de un permanente acoso a medios de comunicación y a periodistas que han tenido que dejar el país.

Estas son seis claves de las controvertidas elecciones de Nicaragua.

CONTROL DEL PODER

Ortega, próximo a cumplir 76 años, retornó al poder en 2007 con el 38 % de los votos tras ganar unas elecciones ante dos facciones liberales que se presentaron divididas.

El proceso de concentración de poder comenzó en 1999 con el llamado «pacto Alemán-Ortega», un acuerdo entre el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002) y el líder sandinista, mediante el cual se instauró un sistema bipartidista.

En ese contexto, se cambia la Ley Electoral para que un partido pueda llega al poder solo con superar el 35 % de los votos y la Asamblea Nacional, controlada por los sandinistas, elimina el artículo 147 de la Constitución que prohibía la reelección inmediata al cargo para Presidente y habilita la reelección presidencial indefinida.

FIN DE LA PRENSA LIBRE

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) alertó durante la 77 Asamblea General que el Gobierno de Ortega «se ha consolidado en sus políticas totalitarias y ha logrado imponer un clima de terror de cara a las elecciones generales».

En su informe, la SIP señaló que Ortega y Murillo han continuado «con los ataques a los periodistas y medios de comunicación», entre los que mencionó asedio policial, citas al Ministerio Público y acusaciones, y detenciones arbitrarias.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) incluyó este año a Ortega en su lista de «depredadores de la libertad de prensa».

LA OPOSICIÓN

El Gobierno sandinista ha aplicado la política de la zanahoria y el garrote con la oposición, con lo que ha descabezado cualquier sombra o contrapeso, según el sociólogo nicaragüense Manuel Ortega Hegg.

«Ortega se encargó de descomponer y desbaratar a la oposición, utilizando todo tipo de instrumentos legales e ilegales, convirtiéndola en una oposición colaboracionista o «zancuda» o en rehenes del poder», dijo a Efe el también investigador y escritor.

En el marco del proceso electoral, las autoridades han arrestado a 39 dirigentes opositores y profesionales independientes, incluidos siete que aspiraban a competir con Ortega por la jefatura de Estado.Los que competirán son vistos como colaboradores del sandinismo más que opositores, según los excluidos.