El papa Francisco celebró una misa de Nochebuena ante unas 1.500 personas en la Basílica de San Pedro, procediendo con el servicio pese a un resurgimiento de casos de coronavirus que motivó un nuevo mandato de vacunación para los empleados del Vaticano.
El sumo pontífice caminó sin mascarilla por el pasillo central de la basílica mientras el coro de la Capilla Sixtina cantaba “Noel”, lanzando el feriado navideño en el Vaticano que conmemora el nacimiento de Jesús en Belén
En su homilía, Francisco llamó a los fieles a concentrarse en “la pequeñez” de Jesús y recordar que él llegó pobre al mundo, sin siquiera una cuna real.
“Es ahí donde está Dios, en la pequeñez”, dijo. “Este es el mensaje: Dios no emana de la grandeza, sino que baja a la pequeñez. La pequeñez es el sendero que él escogió para acercarse a nosotros, para tocar nuestros corazones, para salvarnos y regresarnos a lo que es realmente importante”.
La misa de medianoche empezó realmente a las 7:30 pm, una decisión que reconoce la avanzada edad del papa: 85 años, y un remanente del año pasado, cuando el servicio tuvo que concluir antes del toque de queda por el coronavirus en Italia.
Este año no hay toque de queda, pero los casos han subido esta semana más allá incluso de los niveles del 2020. Por segundo día consecutivo, Italia fijó el viernes un récord para un día, con 50.599 nuevos casos. Y otras 141 personas murieron, elevando el total en el país a 136.386.
El secretario de Estado del Vaticano impuso el jueves un nuevo mandato de vacunaciones a todo el personal de la Santa Sede, extendiéndolo a todos los empleados a excepción de aquellos que se han recuperado del virus. Previamente, sólo los empleados que lidiaban directamente con el público tenían que estar vacunados, tales como quienes trabajan en los museos del Vaticano y los Guardias Suizos, mientras que otros podían acceder a sus oficinas con pruebas diagnósticas regulares.
El mandato no se aplica a los feligreses que asisten a misa, pero todos deben usar mascarillas. El viernes, los presentes, incluyendo fieles, obispos y cardenales, llevaban mascarillas.