El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ordenó en un memorándum el miércoles a todas las fuerzas armadas “imponer calendarios ambiciosos para la implementación” inmediata de la vacunación completa de las tropas contra el COVID-19. Más de 800.000 soldados no se han vacunado aún, de acuerdo con datos del Pentágono.
Ahora que la vacuna de Pfizer recibió la aprobación total de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), el Departamento de Defensa la añadió a la lista de vacunas requeridas como parte de su servicio militar.
El memo, que fue obtenido por The Associated Press, no dicta un cronograma específico para completar las vacunaciones, pero dice que los servicios militares tendrán que reportar los avances regularmente. Un alto funcionario de la Defensa dijo que Austin dejó claro a los servicios militares que espera que progresen rápidamente y que completen el proceso en semanas, no meses.
“Para defender a la nación, necesitamos una fuerza saludable y preparada”, dijo Austin en el memo. “Tras consultar cuidadosamente con expertos médicos y líderes militares, y con el respaldo del presidente, he determinado que la vacunación obligatoria contra la enfermedad del coronavirus… es necesaria para proteger a la fuerza y defender al pueblo estadounidense”.
Los soldados podrán recibir las inyecciones en sus bases en todo el mundo. El Pentágono ha dicho que tiene suficientes vacunas para satisfacer la demanda. Los soldados, de manera individual, pueden buscar por su cuenta otras vacunas contra el COVID-19 diferentes a las que les ofrezcan sus unidades militares.
No obstante, cumplir la orden será un reto para la Guardia Nacional, cuyas fuerzas están diseminadas por todo el país y se reúnen apenas una vez al mes para los ejercicios requeridos.
De acuerdo con el Pentágono, hay más de 1,3 millones de soldados en servicio activo y cerca de 800.000 en la Guardia Nacional y la Reserva. Hasta el 18 de agosto, más de 1 millón de soldados en servicio activo, de la Guardia y la Reserva estaban vacunados plenamente y casi 245.000 más habían recibido una dosis.
Los altos oficiales de las fuerzas armadas han estado presionando sistemáticamente a sus tropas para que se vacunen, mediante pedidos públicos, redes sociales y otras campañas, pero —como sucede con la población en general— muchos miembros de los servicios se han mostrado renuentes.