El nuevo primer ministro canadiense Mark Carney ganó el cargo con la promesa de enfrentar la creciente agresividad mostrada por el presidente Donald Trump, y tendrá la oportunidad de hacerlo en una reunión cara a cara en la Oficina Oval el martes.

Trump ha destrozado una alianza de décadas al decir que quiere convertir a Canadá en el 51er estado de Estados Unidos y al imponer fuertes aranceles contra un socio esencial en la fabricación de automóviles y el suministro de petróleo, electricidad y otros productos. La indignación provocada por Trump permitió al Partido Liberal de Carney, de tendencia progresista, lograr una sorprendente victoria y mantenerse en el poder el mes pasado, ya que la guerra comercial y los ataques a la soberanía canadiense han indignado a los votantes.

El presidente republicano ha amenazado repetidamente con que tiene la intención de hacer de Canadá el “51er estado”. En una entrevista con “Meet the Press” de NBC que se emitió el domingo, afirmó que la frontera es una “línea artificial” que impide que los dos territorios formen un “hermoso país”.

El enfoque abiertamente confrontacional de Trump ha planteado preguntas para Carney y otros líderes mundiales sobre cómo gestionar las relaciones con Estados Unidos. Algunos líderes mundiales, como el primer ministro británico Keir Starmer, se han embarcado en una ofensiva de seducción. Otros, como el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, fueron recibidos por Trump con enojo por no ser lo suficientemente deferentes.