El superastro caído del R&B R. Kelly fue sentenciado a 30 años de prisión el miércoles por usar su fama para someter a jóvenes fanáticas — algunas solo niñas — a abusos sexuales sistemáticos.
Entre lágrimas e ira, varias de las acusadoras de Kelly le dijeron a un tribunal, y al cantante, que se había aprovechado de ellas y engañado a sus seguidores.
“Me hiciste hacer cosas que quebraron mi espíritu. Literalmente deseé morir por lo mal que me hiciste sentir”, dijo una sobreviviente no identificada dirigiéndose directamente a Kelly, quien mantuvo los brazos cruzados y la mirada baja.
“¿Recuerdas eso?”, agregó la mujer.
Kelly, de 55 años, quien no hizo declaraciones durante la audiencia de su sentencia, también tendrá que pagar una multa de 100.000 dólares. El cantante y compositor multiplatino laureado con premios Grammy fue condenado el año pasado por extorsión y tráfico sexual en un juicio que le dio voz a acusadoras que alguna vez se preguntaron si sus historias eran ignoradas porque eran mujeres negras.
”Aunque el sexo fue ciertamente un arma que usaste, este no es un caso de sexo. Es un caso de violencia, crueldad y control”, le dijo la jueza federal de distrito Ann Donnelly.
La sentencia culmina la lenta caída de Kelly, quien fue adorado por legiones de fanáticos y vendió millones de discos incluso después de que las denuncias sobre su abuso de menores comenzaron a circular públicamente en la década de 1990.
La indignación generalizada por la conducta sexual inapropiada de Kelly no llegó sino hasta el surgimiento del movimiento #MeToo, y alcanzó un crescendo con el lanzamiento de la serie documental “Surviving R. Kelly”.
Los abogados de Kelly habían argumentado que su cliente no debía recibir más de 10 años de prisión porque tuvo una infancia traumática “que involucró abuso sexual infantil prolongado y severo, pobreza y violencia”.
Como un adulto con “deficiencias de alfabetización”, el astro fue “estafado y abusado financieramente repetidas veces, a menudo por las personas a las que pagó para protegerlo”, dijeron sus abogados.
El hacedor de éxitos es conocido por trabajos que incluyen la canción de 1996 “I Believe I Can Fly” y el clásico de culto “Trapped in the Closet”, una historia de intriga y traición sexual de varias partes.
Las acusaciones de que Kelly abusaba de jovencitas comenzaron a circular públicamente en los 90. En 1998 una mujer lo demandó alegando abuso y acoso sexual cuando ella era menor de edad, y luego el cantante enfrentó cargos penales de pornografía infantil relacionados con otra niña en Chicago. Un jurado allí lo absolvió en 2008 y Kelly resolvió la demanda.
Mientras tanto, Kelly continuó vendiendo millones de álbumes.
El jurado de la corte federal en Brooklyn lo condenó después de escuchar que usó su séquito de managers y asistentes para conocer chicas y mantenerlas obedientes, una operación que los fiscales dijeron que equivalía a una empresa criminal.
Kelly, cuyo verdadero nombre es Robert Sylvester Kelly, usó su “fama, dinero y popularidad” para “aprovecharse sistemáticamente de niñas y mujeres jóvenes para su propia gratificación sexual”, escribieron los fiscales en un expediente judicial a principios de este mes.