El canciller peruano Héctor Béjar renunció el martes a su cargo convirtiéndose en la primera baja del gabinete ministerial del presidente Pedro Castillo a menos de un mes de que iniciara su gobierno.

La oficina de prensa de la Presidencia confirmó en un breve comunicado la dimisión de Béjar, un catedrático de sociología y exguerrillero de 85 años. Ni Castillo ni Béjar han declarado.

La renuncia ocurre tras la presión de la oposición y medios de comunicación que hicieron eco de las declaraciones de Béjar de fines de 2020 cuando realizó comentarios en una conferencia sobre la actuación de los servicios de inteligencia y en especial durante las manifestaciones ciudadanas que provocaron la renuncia de Manuel Merino, quien gobernó Perú durante cinco días en noviembre.

Esa oportunidad, Béjar indicó que “el terrorismo en el Perú lo inició la Marina, eso se puede demostrar históricamente, han sido entrenados para eso por la CIA”. Béjar también declaró que, aunque no tenía pruebas, el grupo terrorista Sendero Luminoso fue “en gran parte obra de la CIA”.

La oposición pidió desde el lunes la renuncia de Béjar, aunque ya había solicitado interpelarlo para saber si Perú iba a apoyar a Venezuela o Cuba. Castillo dijo la semana pasada, frente a diplomáticos en Lima que el país andino iba a asumir una política exterior de “no intervención”.

Jorge Montoya, almirante retirado y legislador del partido conservador derechista Renovación Popular, dijo que las declaraciones de Béjar “son simplemente las de un terrorista y está dañando tremendamente la imagen de la cancillería y mancillando el prestigio de las fuerzas armadas”.

Keiko Fujimori, quien perdió las elecciones presidenciales frente a Castillo y dirige el partido derechista Fuerza Popular, le pidió al mandatario que “rompa su silencio y demuestre en los hechos si realmente respalda a nuestras Fuerzas Armadas”.

Según documentos de la embajada estadounidense en Lima difundidos por Wikileaks, años antes del inicio de la lucha armada de Sendero en 1980, se produjeron explosiones en 1975 contra la casa de un ministro de Guerra y en 1977 contra dos barcos cubanos acoderados en la costa de Perú. Uno, llamado Río Jobabó, fue hundido y el otro, Río Damují, sufrió daños en su casco.

En las tres explosiones, de acuerdo con los cables diplomáticos que son públicos, la embajada estadounidense sospechó de sectores derechistas de la Marina descontentos con el gobierno militar de la época.

Las declaraciones del canciller sobre estos eventos provocaron que el lunes la Marina emitiera un comunicado rechazando los dichos del jefe de la diplomacia peruana, un hecho inédito porque antes jamás un instituto armado había rechazado de forma pública las declaraciones de un diplomático.

El gabinete ministerial de Castillo asistirá el próximo jueves 26 al Parlamento opositor, de 130 integrantes, para recibir la aprobación o rechazo de los legisladores. Si no consiguen al menos 66 votos, deben renunciar todos los ministros. El partido oficialista sólo cuenta con 37 votos.

La oposición también ha pedido que se cambie al primer ministro Guido Bellido por sus declaraciones homofóbicas y machistas en redes sociales en años pasados. Bellido también está investigado por sospechas de lavado de activos y defensa del terrorismo. La autoridad niega las imputaciones.

Castillo, el primer presidente de origen campesino e izquierdista, inicia su gestión con 38% de aprobación, según la firma Ipsos Perú. Su popularidad es la más baja en 20 años, de acuerdo con la encuestadora.

El mandato de Castillo está programado para finalizar en 2026.