Cuatro rehenes estaban a salvo y su captor estaba muerto tras varias horas de asedio que comenzaron cuando el hombre interrumpió el sábado los servicios en una sinagoga de Texas, donde se le oyó divagar en una retransmisión en vivo a través de internet y exigir la liberación de una neuróloga paquistaní condenada por intentar matar a militares estadounidenses en Afganistán.
Uno de los rehenes en la Congregación Beth Israel en Colleyville fue liberado durante el asedio. Los otros tres salieron en torno a las 21:00 cuando un equipo de asalto del FBI entró en el edificio, según las autoridades. El captor murió y el agente especial del FBI Matt DeSarno indicó que un equipo investigaría “el incidente del tiroteo”.
Imágenes de la televisora Dallas TV WFAA mostraban a gente que salía corriendo por una puerta de la sinagoga, y después un hombre con un arma en la mano que abría la misma puerta segundos más tarde, antes de volverse y cerrarla. Momentos después se oyeron varias rondas de disparos, seguidas por el ruido de una explosión.
Voceras del FBI y la policía declinaron responder preguntas sobre quién había disparado al hombre.
El captor estaba centrado específicamente en un tema sin relación directa con la comunidad judía, dijo DeSarno, y en un primer momento no había indicios de que formara parte de una trama más amplia. Sin embargo, señaló, la investigación de la agencia tendrá “alcance global”.
No estaba claro por qué el hombre había elegido la sinagoga como blanco.
Funcionarios de seguridad que no estaban autorizados a comentar la investigación abierta y que hablaron antes con AP bajo condición de anonimato dijeron que el captor había exigido la liberación de Aafia Siddiqui, una neuróloga paquistaní sospechosa de tener lazos con Al Qaeda. También dijo que quería hablar con ella, según las autoridades. Siddiqui está en una prisión federal en Texas.
DeSarno señaló el sábado por la noche que el hombre había sido identificado, “pero no estamos preparados para publicar su identidad ni confirmar su identidad en este momento”.
Un rabino en la Ciudad de Nueva York recibió una llamada del rabino que se creía estaba retenido en la sinagoga para exigir la liberación de Siddiqui, según un funcionario de seguridad. El rabino de Nueva York llamó al 911.
La policía recibió el primer aviso para acudir a la sinagoga en torno a las 11 de la mañana y poco después se evacuó a la gente de las zonas cercanas, según la portavoz del FBI en Dallas Katie Chaumont.
Los servicios del sábado se estaban retransmitiendo en vivo a través de la página de Facebook de la sinagoga. Según el Fort Worth Star-Telegram, durante la emisión, que no mostraba lo que ocurría en el lugar, se oía a un hombre enojado que divagaba y en ocasiones hablaba sobre religión.
Poco después de las 14:00, el hombre dijo “Tienen que hacer algo. No quiero ver a este tipo muerto”. Poco después se cortó la retransmisión. Un portavoz de la compañía Meta confirmó después que Facebook había retirado el video.
Varias personas oyeron al captor referirse a Siddiqui como su “hermana” en la retransmisión. Pero John Floyd, presidente de la división de Houston del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses -el grupo activista musulmán más grande del país- dijo que el hermano de Siddiqui, Mohammad Siddiqui, no estaba implicado en el suceso.
Colleyville, una comunidad de unas 26.000 personas, se encuentra 23 kilómetros (15 millas) al nordeste de Fort Worth. La sinagoga se encuentra entre grandes casas en un barrio residencial arbolado y que incluye varias iglesias, una escuela intermedia y primaria y una granja de caballos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, publicó un comunicado de agradecimiento a las fuerzas de seguridad cuando terminó el asedio.
“En los próximos días sabremos más sobre las motivaciones del captor. Pero déjenme ser claro a cualquiera que intente expandir el odio: Nos plantaremos contra el antisemitismo y contra el auge del extremismo en este país”.
El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, dijo en Twitter que había seguido de cerca la situación. “Este suceso es un sombrío recordatorio sobre que el antisemitismo sigue vivo y debemos seguir combatiéndolo en todo el mundo”, escribió. El mandatario dijo estar “aliviado y agradecido” de que los rehenes hubieran sido rescatados.
El suceso provocó despliegues de seguridad en otros lugares, como la ciudad de Nueva York, donde la policía dijo haber aumentado su presencia “en instituciones judías clave” como precaución.
Siddiqui obtuvo títulos de alto nivel en la Universidad de Brandeis y el Massachusetts Institute of Technology antes de ser condenada en 2010 a 86 años de prisión, acusada de agredir y disparar a militares estadounidenses tras ser detenido en Afganistán dos años antes. La condena provocó indignación en Pakistán entre líderes políticos y seguidores de la mujer, que la consideraron una víctima del sistema penal estadounidense.
Desde entonces, las autoridades paquistaníes han expresado de forma pública su interés en un acuerdo o intercambio que supusiera su salida de detención en Estados Unidos, y su caso ha seguido atrayendo seguidores. En 2018, un hombre de Ohio que según la fiscalía pensaba viajar a Texas y atacar la prisión donde está recluida Saddiqui en un intento de liberarla fue condenado a 22 años de prisión.