La ofensiva rusa en Mariúpol continúa. El presidente Vladimir Putin dijo el lunes que las acciones militares en Ucrania son parte de la lucha contra las políticas y supuestas amenazas de países occidentales.

El presidente ruso, Vladimir Putin, habló a su país el lunes durante un desfile militar que para marca la celebración la victoria en la Segunda Guerra Mundial sobre los nazis, intentando defender la invasión de Ucrania que planteó como una respuesta forzada a los países de Occidente.

Durante el evento guardó un minuto de silencio en honor a los soldados caídos y afirmó que las tropas rusas estaban luchando por la seguridad nacional.

Eso a pocas horas de que más de 60 personas habrían muerto, después de que una bomba rusa destruyó una escuela que era utilizada como refugio, informaron autoridades ucranianas.

La ofensiva rusa contra los ucranianos atrincherados en la planta siderúrgica de Mariúpol no ha cesado, en una aparente carrera por capturar la ciudad antes del feriado ruso del Día de la Victoria que se celebra hoy.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo que quedó “conmocionado” por los reportes del ataque del sábado contra una escuela de la localidad de Bilohorivka, en el este de Ucrania, diciendo que es un recordatorio de que “son los civiles los que pagan el precio más alto” en la guerra.

Unas 90 personas se resguardaban en el sótano, señalaron las autoridades. Cuadrillas de emergencia encontraron dos cuerpos y rescataron a 30 personas, pero “lo más probable es que las 60 que siguen bajo los escombros ya estén muertas”, dijo Serhiy Haidai, gobernador de la provincia de Luhansk, en un mensaje publicado en Telegram.

Ataques de artillería rusa también cobraron la vida de dos niños, de 11 y 14 años, en la localidad de Pryvillia, a poca distancia de la escuela. Luhansk forma parte del Donbás, la región industrial del este de Ucrania que las fuerzas rusas intentan capturar.

El apoyo internacional a Ucrania

La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, se reunió con su contraparte ucraniana Olena Zelenska.

El primer ministro canadiense Justin Trudeau izó la bandera de su país en su embajada en Kiev.

La embajadora interina de Estados Unidos ante Ucrania, Kristina Kvien, publicó una imagen suya en la embajada estadounidense, y anunció planes para un eventual regreso de la misión de ese país a la capital ucraniana, después de que las fuerzas de Moscú abandonaron de lado sus intentos por tomar Kiev hace algunas semanas y se enfocaron en la captura del Donbás.

“No tienen nada que celebrar mañana”, aseguró Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, en declaraciones a CNN. “No han tenido éxito en vencer a los ucranianos. No han tenido éxito en dividir al mundo ni en dividir a la OTAN. Y en lo único en lo que han tenido éxito es en aislarse internacionalmente y convertirse en un Estado paria en todo el mundo”.

Las tropas rusas pasaban dificultades para completar la captura de Mariúpol, una ciudad que ha quedado reducida a escombros. El enorme complejo acerero a orillas del mar en el que unos 2.000 soldados ucranianos siguen resistiendo es la única parte de la ciudad que no está bajo control ruso.

Las últimas mujeres, niños y ancianos que se habían refugiado junto a los combatientes en la planta de Azovstal fueron evacuados el sábado. Autobuses con más de 170 evacuados de la siderúrgica y de otras partes de Mariúpol llegaron el domingo a la ciudad de Zaporiyia, controlada por Ucrania, según funcionarios de la ONU.

Los defensores ucranianos dentro de la planta metalúrgica han rechazado en varias ocasiones los plazos establecidos por Rusia para que depongan las armas.

El capitán Sviatoslav Palamar, subcomandante del Regimiento de Azov —una unidad ucraniana que defiende la siderúrgica_, dijo que durante la noche se registraron ataques aéreos, de artillería y de tanques contra el complejo.

“Estamos bajo constantes ataques de artillería”, dijo en un mensaje publicado en internet, y añadió que las fuerzas rusas intentaron ingresar por tierra a la planta — afirmación que las autoridades rusas han rechazado en los últimos días — y colocar minas. Palamar reportó una “multitud de bajas”.

El teniente Illya Samoilenko, otro integrante del Regimiento de Azov, indicó que había unos doscientos soldados heridos dentro de la siderúrgica, pero se negó a revelar cuántos elementos están en condiciones de combatir. Dijo que los soldados carecían de equipo de primeros auxilios y tuvieron que excavar a mano para liberar a compañeros de los búnkers que se desplomaron a causa de los ataques.

“Para nosotros la rendición es inaceptable porque no podemos darle un regalo así al enemigo”, declaró Samoilenko.

El gobierno ucraniano ha contactado a organismos internacionales con el fin de intentar garantizar una salida segura para los defensores.

En el frente económico, los gobiernos del Grupo de los Siete se comprometieron a prohibir o eliminar gradualmente las importaciones de petróleo ruso. El G-7 está integrado por Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y Japón.