El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envió cartas este 31 de julio a 17 de las compañías farmacéuticas más grandes del mundo, exhortando a que tomen más medidas para reducir los precios de los medicamentos recetados para que coincidan con los precios más bajos en ciertos países extranjeros.
Estas cartas representan una escalada de la presión de su administración para bajar los precios de los medicamentos mediante el lanzamiento de un modelo de “nación más favorecida”, que vincula los precios de los medicamentos recetados en EE.UU. a los más bajos encontrados entre naciones comparativamente ricas.
Sin embargo, esto va a contracorriente con las consecuencias del reciente acuerdo comercial anunciado por Trump que impone un arancel del 15% a la mayoría de los productos importados de la Unión Europea (UE), puede llevará irremediablemente a elevar los precios de los medicamentos de marca procedentes del viejo continente.
Trump ahora exige que las compañías reduzcan inmediatamente los precios que cobran a los pacientes de Medicaid por los medicamentos existentes, y estipulen que no cobren a los estadounidenses más que los precios ofrecidos en el extranjero por medicamentos nuevos.
A todo esto, la Casa Blanca señaló que usaría la política comercial para apoyar a los fabricantes a aumentar los precios internacionales para igualar los precios estadounidenses, siempre y cuando el aumento de los ingresos en el exterior se reinvierta directamente en reducir los precios para los pacientes y los contribuyentes estadounidenses.
Consecuencias de la inacción
Trump advirtió que, si las compañías no cumplen, el gobierno federal utilizará “todas las herramientas” para abordar las prácticas de fijación de precios abusivas. Esta advertencia sugiere una posible intervención regulatoria más severa.
El mandatario norteamericano dio a las empresas 60 días para cumplir.
Se enviaron cartas a AbbVie, Amgen, AstraZeneca, Boehringer Ingelheim, Bristol Myers Squibb, Eli Lilly, EMD Serono, Genentech, Gilead, GlaxoSmithKline, Johnson & Johnson, Merck, Novartis, Novo Nordisk, Pfizer, Regeneron y Sanofi.
Críticas a propuestas anteriores
En la correspondencia, Trump expresó su descontento con propuestas previas de la industria, que él considera insuficientes para abordar el problema de precios. Insiste en que se requiere un enfoque más directo y efectivo para aliviar la carga financiera de los estadounidenses.
“La mayoría de las propuestas… prometían más de lo mismo: culpar a otros y solicitar cambios de políticas que se traducirían en miles de millones de dólares en ayudas a la industria”, afirmaban las cartas.
Ventaja de la venta directa
Se destaca el movimiento reciente de algunas compañías farmacéuticas, como Eli Lilly y Novo Nordisk, hacia la venta directa al consumidor, lo que permite precios más accesibles. Esta tendencia podría influir en el enfoque futuro hacia la estrategia de precios.
Vender medicamentos directamente a los pacientes eliminaría intermediarios y podría reducir precios, siempre que sea a una tarifa no superior al mejor precio en países cercanos, incentivando una cadena de suministro más eficiente y transparente.