Un asesor del presidente de Ucrania informó el lunes que la primera ronda de conversaciones con Rusia sobre el fin de los combates ha concluido y que pronto podrían tener lugar más conversaciones.
Mientras tanto, el líder ucraniano Volodymyr Zelenskyy firmó una solicitud para que su país se una a la Unión Europea, en un intento por solidificar el vínculo de su país con Occidente. Su oficina informó que el papeleo está en camino a Bruselas, donde tiene su sede la UE de 27 naciones.
Mientras las delegaciones rusa y ucraniana se reunieron el lunes para conversar en medio de grandes esperanzas pero bajas expectativas de cualquier avance diplomático, las fuerzas ucranianas, superadas en número pero empeñadas en defender al país, han entorpecido el avance de los invasores rusos y, al menos por ahora, mantienen el control de Kiev y otras ciudades.
El fin de semana, ante la firme resistencia y las fuertes sanciones aplicadas por Occidente, el presidente ruso Vladimir Putin ordenó colocar en alerta las fuerzas nucleares del país, amenazando con llevar la guerra a un nivel espeluznante.
Al mismo tiempo el Kremlin nuevamente despertó temores de una guerra nuclear el lunes al reportar que sus fuerzas nucleares en tierra, mar y aire estaban en alerta tras la orden de Putin el fin de semana.
Intensificando su retórica, Putin denunció a Estados Unidos y sus aliados, calificándolos de “un imperio de mentiras”.
El lunes reinaba una tensa calma en Kiev, donde muchos habitantes hacían cola para comprar agua y alimentos tras estar dos noches confinados a sus casas debido a un toque de queda. Pero según videos publicados en las redes sociales, caían proyectiles del Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y los videos mostraban a edificios estremecidos por los cañoneos. Las autoridades en Járkiv informaron que por lo menos siete personas murieron y decenas resultaron heridas, pero advirtieron que ello podría aumentar.
“Ellos querían tener un blitzkrieg y fracasaron, así que ahora actúan de esta manera”, expresó Valentin Petrovich, un habitante de la ciudad de 83 años de edad, quien pidió no usar su apellido por temor a represalias.
Las fuerzas rusas niegan estar atacando zonas residenciales, pese a evidencia abrumadora de que viviendas, escuelas y hospitales están siendo bombardeados.
Familias ucranianas, presas del pánico, se aglomeraban en refugios antibombas, sótanos o corredores, a la espera del desenlace.
De momento no se sabe exactamente cuántas vidas se han perdido en este conflicto. El comisionado de derechos humanos de la ONU dijo que 102 civiles han muerto y centenares han resultado heridos, pero al mismo tiempo advirtió que la cifra real probablemente es mucho mayor. El presidente de Ucrania indicó que por lo menos 16 menores de edad han perdido la vida.
Más de 500.000 personas han huido del país desde la invasión, dijo el lunes otro funcionario de la ONU. Millones de personas han abandonado sus viviendas.
El Banco Central de Rusia intentaba afanosamente apuntalar al rublo, mientras Estados Unidos y los países europeos aumentaban sus envíos de armas a Ucrania. Si bien el objetivo de tales medidas es detener la agresión de Putin, al mismo tiempo corren el riesgo de llevar al líder ruso, ya acorralado a nivel internacional, al extremo.
“Estoy rezando para que esas negociaciones tengan éxito, que lleguen a un acuerdo, que se acabe la matanza, que se acabe la guerra”, declaró llorando Alexandra Mikhailova, quien sujetaba a su gato en un refugio improvisado en la ciudad de Mariupol. A su alrededor, varios padres trataban de consolar a sus hijos y mantenerlos cobijados.
La vecina Bielorrusia se dispone a enviar tropas a Ucrania en las próximas horas para ayudar a Rusia, indicó un funcionario de la inteligencia estadounidense que pidió no ser identificado.
Aun así, se asomaba un tenue rayo de esperanza con las reuniones cara a cara entre funcionarios rusos y ucranianos. Las delegaciones se reunieron a ambos extremos de una mesa larga: de un lado estaba la bandera azul y amarilla de Ucrania, del otro la bandera roja, azul y blanca de Rusia.
El despacho del presidente Zelenskyy advirtió que Ucrania exigirá un cese de fuego inmediato y el retiro de las tropas rusas. Pero mientras Ucrania envió a su ministro de defensa y otros funcionarios de alto rango, Rusia envió a su asesor presidencial para temas culturales, quizás señal de que Moscú le está dando poca importancia al diálogo.
Las autoridades estadounidenses dicen que al parecer la ofensiva rusa ha resultado ser más difícil y lenta de lo que pronosticó el Kremlin, aunque eso podría cambiar si Rusia adapta sus tácticas. El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña informó el lunes que el grueso de las fuerzas rusas está a unos 30 kilómetros (20 millas) al norte de Kiev y que su avance ha sido frenado por la resistencia ucraniana.
Occidente ha intensificado la presión sobre Rusia congelando los fondos que tiene en el extranjero, con el objetivo de ejercer presión sobre la economía rusa. Muchos rusos corrieron a sacar sus ahorros o a cambiar sus rublos por dólares o euros, mientras gran cantidad de negocios rusos hacían esfuerzos apresurados por proteger sus finanzas.
Por otra parte, Estados Unidos y Alemania anunciaron el envío de misiles Stinger y otros pertrechos a las fuerzas ucranianas. La Unión Europea —fundada con el objetivo de mantener la paz en Europa después de la Segunda Guerra Mundial— está suministrando por primera vez materiales bélicos, incluyendo misiles antitanque y municiones.
Por lo menos un país occidental está estudiando el pedido de Ucrania de enviarle aviones de guerra, indicó una funcionaria de la UE que pidió no ser identificada.
Los ministros de defensa de la UE se reunían el lunes para analizar maneras de enviarle armas a las fuerzas ucranianas. La ministra alemana declaró, sin dar detalles, que su país tiene “canales y posibilidades” para dar ayuda, y un tren procedente de la República Checa lleno de equipos militares llegó el domingo.