Alrededor de 65.000 participantes marcharon a favor de los derechos de la comunidad LGBTQ en la celebración anual del Día de la Calle Christopher de Berlín el sábado, una cifra tres veces mayor de la esperada.
Se trató de la mayor manifestación en Berlín desde el inicio de la pandemia del coronavirus.
El desfile inició con un exhorto de Klaus Lederer, el senador de Cultura de Berlín, a hacer de la ciudad una “zona de libertad homosexual”, en respuesta a la cada vez menor seguridad que tienen los gays y lesbianas en Hungría y la vecina Polonia.
“Zonas libres de LGBT” han sido declaradas en algunas partes de Polonia, y las autoridades de Hungría aprobaron una ley que prohíbe la representación de homosexualidad o reasignación de género a menores, que grupos defensores de derechos humanos tacharon de discriminatoria.
Lederer agregó que la situación en los dos países miembros de la UE “me provoca escalofríos”.
El senador también señaló que la pandemia ha sido particularmente dura para algunos gays y lesbianas en casa ya que los albergues están cerrados.
“Todavía queda mucho trabajo por hacer”, sostuvo.
El portavoz de la policía, Martin Dams, habían dicho en un principio a The Associated Press que se calculaba que unas 35.000 personas participaron en el desfile, pero esa cifra aumentó más tarde el sábado. Los organizadores aseguraron que el número de participantes rondaba los 80.000.
Los organizadores del desfile anticipaban aproximadamente 20.000 personas en medio de las reglas de distanciamiento social y la prohibición de consumo de alcohol para combatir el riesgo de nuevos contagios de coronavirus.
El año pasado se canceló el desfile debido a la pandemia, así que muchas personas aprovecharon el clima soleado veraniego y la tasa de contagios relativamente baja para participar en la última gran reunión del mes del orgullo gay en Berlín.
En las inmediaciones, la embajada de Estados Unidos ondeó una bandera de arcoíris bajo la bandera estadounidense.
El desfile fue liderado por camiones de bomberos que estaban separados para que las personas pudieran tener más espacio mientras bailaban al ritmo tecno frente a la emblemática Puerta de Brandemburgo. Los organizadores hicieron reiterados llamados para que los participantes usaran mascarillas y mantuvieran su distancia — aunque no siempre fue posible debido a la gran cantidad de personas.
Las celebraciones fueron precedidas por un presunto ataque homofóbico contra una pareja de hombres en un subterráneo en Berlín la tarde del viernes. La policía dijo que los hombres estaban sentados en un tren cuando un desconocido se acercó a ellos, los insultó y luego golpeó varias veces a uno de los hombres. Otros pasajeros intercedieron y fue aprehendido después de intentar huir.
El mismo viernes, el obispo Christian Stäblein durante un servicio en Marienkirche de Berlín pidió disculpas a la comunidad LGBTQ por el sufrimiento que les causó la Iglesia evangélica.
The parade was led by five trucks that were spaced apart to give demonstrators more room as they danced their way to techno beats past the city’s iconic Brandenburg Gate. Organizers made repeated calls for revelers to put masks on and keep their distance – though it wasn’t always possible due to the sheer number of people.
The celebrations were preceded by an apparent homophobic attack on a male couple in a Berlin subway late Friday. Police said the men were sitting in a train when they were approached by a stranger who insulted them and then punched one of the men several times. Other passengers intervened and he was apprehended after fleeing briefly.
Also Friday, Bishop Christian Stäblein asked during a service at Berlin’s Marienkirche for forgiveness from the LGBTQ community for the suffering caused to them by the evangelical church.