Especialistas de la visión alertaron sobre un error común que tienen las personas cuando se van de vacaciones y que pueden ocasionar serios daños. Bañarse en la piscina o el mar con los lentes de contacto puestos ocasiona graves infecciones. Las afecciones van desde lo más básico hasta amenazas sobre la pérdida de la vista.
El agua tiende a estar plagada de bacterias, ya sea del grifo, del mar o de la piscina. Esto en combinación con los lentes de contacto que son “excepcionalmente porosos y absorbentes” favorece la propagación de las bacterias, según indicó Nimmi Mistry, óptica de Vision Direct.
Por lo que, el resultado de un breve chapuzón puede ponerte en un mayor riesgo de desarrollar una infección ocular. El cloro de las piscinas no llega a eliminar todas las bacterias e incluso puede irritar los ojos. “Como las lentillas blandas son excepcionalmente porosas, las bacterias y el cloro del agua de la piscina pueden llegar fácilmente a tus ojos y dañarlos”, explicó la especialista.
En el mar, ríos y lagos abunda el organismo Acanthamoeba, uno de los más peligrosos y que ocasiona la queratitis. En caso de no tratar esta infección, la córnea se puede inflamar y ocasionar pérdida de visión.
Síntomas de la queratitis
Los médicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indicaron que los síntomas son muy similares a otras infecciones oculares y pueden durar varias semanas o meses.
- Dolor de ojo
- Enrojecimiento
- Visión borrosa
- Sensibilidad a la luz
- Sensación de que tienes algo dentro del ojo
- Lagrimeo excesivo
Lo ideal es que al momento de presentar alguno de los síntomas acudas al oftalmólogo. Los CDC recomiendan hacerlo lo más pronto posible debido a que la queratitis ocasionada por la acanthamoeba te causará dolor y pérdida de visión mientras más lo prolongues.
En caso de que no puedas ver sin los lentes de contacto, la sugerencia es que uses los desechables. En este caso puedes botarlos y no volverlos a utilizar como el caso de los reutilizables. También es recomendable el uso de lentes de natación impermeables y que se ajusten a tu cara, así impedirás que el agua tenga contacto con tus ojos.
Si en cambio quieres sólo utilizar tus lentes reutilizables, también puedes optar por quitártelos mientras nadas y volver a ponértelos después. Otra opción es el uso de los lentes graduados, lo que significa que también reducirás las posibilidades de infección.