Sin duda, las vitaminas y los minerales son nutrientes esenciales para que nuestros órganos funcionen adecuadamente. Una alimentación balanceada nos proporcionará la cantidad adecuada de nutrientes, pero cuando hay un desequilibrio en las vitaminas que son necesarias para nuestro organismo, aparecen los síntomas que advierten cuando hacen falta.
Vitamina B12
La vitamina B12 es esencial para el buen funcionamiento de las células de la sangre, del cerebro y de los nervios, pues ayuda a producir glóbulos rojos. La deficiencia de B12 puede desencadenar anemia megaloblástica y otras afecciones de salud. Cuando no se consume suficiente vitamina B12 pueden presentarse dolores de cabeza frecuentes, grietas en la boca, depresión, fatiga e ictericia.
Vitamina A
La vitamina A ayuda a producir rodopsina, una sustancia fundamental para ver en la oscuridad. Algunos síntomas de la falta de vitamina A son problemas para ver con poca luz, comezón e irritación en la piel y ojos resecos.
Vitamina B7
Gracias a la B7 convertimos los alimentos que consumimos en energía, por lo que la falta de vitamina B7 genera síntomas como cansancio continuo, dolores musculares, uñas quebradizas, calambres y hormigueo en manos y pies.
Vitamina E
Se trata de una vitamina liposoluble, es decir, que se disuelve en la grasa del cuerpo. Ayuda a prevenir problemas de coagulación y a fortalecer el sistema inmunológico. Cuando no se consume suficiente vitamina E, los síntomas que se presentan pueden ser problemas de visión, falta de sensibilidad en piernas y brazos y debilidad muscular.
Vitaminas B6 y B2
La B6 es una vitamina soluble en agua necesaria para la creación de enzimas en el organismo. La B2 es llamada también riboflavina y ayuda a que los tejidos se mantengan saludables. Cuando faltan estas vitaminas puede presentarse caspa, grietas en los costados de la boca o úlceras bucales.
Presente sobre todo en cítricos y verduras, la vitamina C es fundamental para el proceso de cicatrización del cuerpo y mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico. Cuando no se consume suficiente vitamina C la piel puede resecarse, pueden presentarse hemorragias y sangrado de encías, y puede haber problemas de cicatrización.