Todo parece indicar que una moratoria nacional de desalojos en Estados Unidos expirará el sábado a la medianoche, luego de que el presidente Joe Biden y los congresistas demócratas no consiguieron una estrategia a corto plazo para prevenir que millones de personas en el país se queden sin la protección federal y se vean forzadas a dejar sus viviendas mientras repuntan los casos de COVID-19.
Más de 3,6 millones de personas están en riesgo de desalojo, algunas en cuestión de días, luego de que casi 47.000 millones de dólares en ayuda federal a los estados para vivienda durante la pandemia ha tardado en llegar a las manos de los inquilinos y los propietarios a quienes se les adeudan los pagos de renta.
Las tensiones aumentaron el viernes al volverse claro que no había una solución a la vista. Horas antes de que expirara la prohibición, Biden llamó a los gobiernos locales a dar “todos los pasos posibles” para entregar inmediatamente los fondos. Los desalojos pudieran comenzar el lunes.
“No puede haber excusa para que un estado o localidad no acelere la entrega de fondos a los caseros e inquilinos que han sido afectados por la pandemia”, dijo Biden en una declaración.
“Cada gobierno estatal y local debe entregar esos fondos para asegurarse de que prevenimos cada desalojo que se pueda”, dijo.
El resultado sorpresivo —con la Casa Blanca y el Congreso esperando que el otro actuara—, expuso una rara brecha entre el presidente y sus aliados en el Congreso, una brecha que pudiera tener un impacto duradero con numerosos inquilinos enfrentando desalojo.
Biden desató la premura al anunciar que permitiría que expirara la moratoria en lugar de impugnar un fallo reciente de la Corte Suprema, que indicó que éste sería el último plazo. Llamó al Congreso el jueves a aprobar rápidamente una ley que extendiera la fecha.
Tratando de responder el viernes, los congresistas demócratas no consiguieron los votos suficientes. La presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi imploró a sus colegas que aprobaran una medida para extender el plazo, diciendo que era “un imperativo moral” para proteger a los inquilinos y también a los caseros a quienes se les debe pago.
El Congreso debe “satisfacer las necesidades del pueblo estadounidense: tanto de las familias incapaces de pagar alquiler como aquellas a quienes se debe pagar”, dijo en una carta el jueves por la noche.
Pero luego de horas de negociaciones tras bambalinas el viernes, los legisladores demócratas no pudieron conseguir el apoyo suficiente para extender la moratoria siquiera unos pocos meses. Los legisladores republicanos objetaron un intento de aprobar la extensión por consentimiento.