Oklahoma llevó a cabo el jueves la ejecución de Phillip Dean Hancock, un hombre que sostuvo firmemente que actuó en defensa propia cuando disparó y mató a dos hombres en 2001.
El hombre de 59 años recibió una inyección letal después de que el gobernador Kevin Stitt se negara a conmutar su sentencia, lo que provocó renovados debates sobre el sistema de justicia y el uso de la pena de muerte.
Steven Harpe, director ejecutivo del Departamento Correccional de Oklahoma, confirmó a la CBS la maniobra legal de último minuto, añadiendo una capa de dramatismo a una situación ya de por sí polémica.
Hancock, atado a la camilla dentro de la cámara de ejecución, se tomó un momento para agradecer a su equipo legal mientras mantenía su reclamo de defensa propia. El retraso en el inicio de la ejecución, que se extendió más allá de las 11 de la mañana, aumentó la incertidumbre que rodea todo el proceso.
























