El presidente Joe Biden el jueves se dispone a aprovechar su discurso anual al Congreso y el pueblo para promover su visión de un segundo período en la Casa Blanca ante un electorado descorazonado, que se pregunta si está en condiciones de ejercer el puesto, y advertirle que el favorito para ganar la candidatura republicana, Donald Trump, sería una alternativa peligrosa.
El tercer discurso del Estado de la Unión de Biden será una suerte de entrevista laboral: el presidente de mayor edad de la historia tratará de responder a los temores sobre su desempeño y a la vez destacar el contraste con su casi seguro rival en noviembre próximo.
El presidente espera destacar sus logros en materia de infraestructura y manufactura, impulsar leyes de ayuda a Ucrania, normas inmigratorias más rígidas, restaurar el acceso al aborto y bajar los precios de los medicamentos, entre otros asuntos. Pero los ojos estarán puestos sobre el mandatario de 81 años para ver si lo transmite con el vigor y la autoridad propios de un comandante en jefe.
Al mismo tiempo, tratará de convertir el discurso anual al Congreso y el pueblo, con toda su pompa, en un momento más íntimo. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que Biden encara el discurso como una “continuación de las conversaciones” que mantiene con ciudadanos comunes al recorrer el país.
























