El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken regresó el viernes de Oriente Medio una vez más con las manos vacías, pues el primer ministro israelí rechazó los llamados de Estados Unidos a suspender la prometida invasión por tierra a la ciudad gazatí de Rafah, la cual está atiborrada de civiles desplazados.
El duro mensaje del primer ministro Benjamin Netanyahu hace esperar conversaciones potencialmente difíciles la próxima semana en Washington entre altos funcionarios estadounidenses y una delegación israelí de alto nivel. Netanyahu dijo que Israel está dispuesto a “hacerlo por su cuenta” en Rafah si es necesario. A pesar de sus diferencias, el gobierno de Biden no ha dejado de proporcionar ayuda militar y apoyo diplomático a Israel, aun cuando la guerra en el territorio palestino ha provocado la muerte de más de 32.000 personas y ha generado una crisis humanitaria cada vez peor.