Reclusos de la cárcel Regional, en Guayaquil, se amotinaron el miércoles a pesar de que el centro penitenciario se encuentra bajo control de los militares y en medio de un estado de excepción dispuesto por el gobierno del presidente ecuatoriano Daniel Noboa.

A pesar de las permanentes requisas de las autoridades, en las que se suelen incautar armas, municiones, explosivos y equipos tecnológicos, los reclusos iniciaron una transmisión en vivo por redes sociales a primeras horas de la noche, en la que se pudieron ver colchones quemados, gritos y explosiones. Poco después la policía cerró una vía cercana a la prisión.

Un comunicado publicado en el chat del Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad, confirmó “una revuelta interna por parte de un grupo”, aunque el organismo aseguró que se había recuperado el control del 80% del recinto, sin precisar la presencia de muertos o heridos.

Las autoridades activaron los protocolos de seguridad “para neutralizar la situación”, añadió el comunicado.

Horas antes, la ministra de Gobierno Mónica Palencia declaró al canal Teleamazonas que “las fuerzas armadas están en total control en más de 10 centros penitenciarios” y mantienen el control en zona primaria de otras instalaciones.