Decenas de líderes mundiales se reunieron el sábado en un destino turístico suizo para debatir cómo llevar la paz a una Ucrania devastada por la guerra, aunque las esperanzas de un avance real se vieron mermadas por la ausencia de Rusia.

Tres años después del inicio de la guerra, las partes beligerantes siguen tan distanciadas como siempre, mientras Kiev se aferra a sus exigencias de que Rusia abandone todo el territorio ucraniano del que se ha apoderado, Moscú persiste en su dura ofensiva, que ya se ha apoderado de amplias zonas del este y el sur de Ucrania.

A pesar de la ausencia de Rusia en la cumbre, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, predijo al principio que las conversaciones llevarían a “hacer historia”.

“Hemos conseguido devolver al mundo la idea de que los esfuerzos conjuntos pueden detener la guerra y establecer una paz justa”, declaró en una rueda de prensa junto a la presidenta suiza, Viola Amherd.

En su intervención posterior en la conferencia, Zelenskyy afirmó que la cumbre podría sentar las bases para un eventual final del conflicto.

“En la primera cumbre de paz, debemos determinar cómo lograr una paz justa, para que en la segunda podamos ya establecer un verdadero final de la guerra”, afirmó.