La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, aseguró este miércoles, tras perder las elecciones presidenciales contra el expresidente Donald Trump, que acepta su derrota pero que no renuncia a la lucha para que la luz vuelva a Estados Unidos.
“Estoy aquí para decir: aunque acepto la derrota, no renuncio a la lucha que impulsó esta campaña”, aseguró Harris, visiblemente emocionada, en un discurso en la Universidad de Howard de Washington, el primero desde que fue declarada perdedora de las elecciones.
Harris recordó que “un principio fundamental de la democracia estadounidense” es que cuando se pierden unas elecciones se aceptan los resultados.
“Ese principio, tanto como cualquier otro, distingue a la democracia de la monarquía o la tiranía, y cualquiera que busque la confianza pública debe honrarlo”, añadió, en una referencia velada hacia Trump, que no quiso aceptar los resultados en 2020 cuando perdió contra Joe Biden.
Harris, que ya ha hablado por teléfono y felicitado al republicano, aseguró que trabajará para que haya “una transición pacífica de poder”.
“Volverá la luz”
La vicepresidenta, que asumió la misión de llegar a la Casa Blanca tras la retirada en julio del presidente Biden, reconoció su derrota en las elecciones asegurando que el resultado no es el que querían ni por el que trabajaron, pero prometió que “la luz del EE.UU. prometido volverá”.
“El resultado no es el que quisimos ni por el que trabajamos ni por el que votamos, pero la luz del EE.UU. prometido volverá mientras sigamos trabajando y sigamos luchando”, apuntó en el lugar en el que ayer se instaló el cuartel general de su campaña y en el que estaba previsto que apareciera.
Pero poco más allá de la medianoche del martes, conforme los resultados del escrutinio llegaban y apuntaban a una contundente derrota, la campaña de Harris anunciaba que se cancelaba la comparecencia y la pospuso para hoy.
En su discurso, que duró poco más de diez minutos, la vicepresidenta agradeció a su campaña, a su familia y al presidente Biden por la confianza depositada en ella, así como a su fórmula presidencial, el gobernador Tim Waltz.
“Estoy muy orgullosa de la campaña que hicimos y de la manera en que la hicimos. Durante los 107 días de esta campaña, nos hemos propuesto construir una comunidad y formar coaliciones, uniendo a personas de todos los ámbitos y orígenes, unidas por el amor a la patria”, afirmó en el campus en el que un día estudió, ante decenas de personas que quisieron estar para apoyarla.
Pese a que la gente está sintiendo “una variedad de emociones en este momento”, agregó, hay que “aceptar los resultados de esta elección”, insistió la demócrata, en un discurso en el que ha tenido que contener las lágrimas en más de una ocasión.
Seguirá la lucha
“Nunca renunciaré a la lucha por un futuro en el que los estadounidenses puedan perseguir sus sueños, ambiciones y aspiraciones; en el que las mujeres de Estados Unidos tengan la libertad de tomar decisiones sobre su propio cuerpo y que el gobierno no les diga qué hacer. Nunca renunciaremos a la lucha para proteger nuestras escuelas y nuestras calles de la violencia armada”, afirmó la vicepresidenta.
Así, continuará librando esa lucha “en las urnas, en los tribunales y en la plaza pública”. “La lucha por nuestra libertad requerirá mucho trabajo, pero como siempre digo, nos gusta el trabajo duro”, agregó.
La victoria de Trump fue anunciada esta madrugada al conseguir más de los 270 compromisarios necesarios del Colegio Electoral. A la espera del escrutinio en apenas dos estados, la demócrata tiene 226 delegados frente a los 295 del republicano.