La crisis migratoria se ha recrudecido en el sur de México con la formación de nuevas caravanas y su disolución por parte de las autoridades, unos hechos condenados por la ONU que cuestionan el discurso oficial del Gobierno mexicano de respeto a los derechos humanos.

En la última semana, un total de tres caravanas de migrantes con centenares de personas -en su mayoría haitianos, venezolanos y centroamericanos- partieron en diferentes días desde la fronteriza ciudad de Tapachula hacia el norte.

Pero las tres fueron desmanteladas por agentes de seguridad mexicanos tras avanzar unas decenas de kilómetros por el mismo estado de Chiapas, que se ha convertido en un dique.

Estamos haciendo una labor para contener la afluencia migratoria hasta donde podamos y al mismo tiempo seguimos insistiendo con el Gobierno de Estados Unidos para que se atienda lo más pronto posible (…) y se les dé opciones a los que por necesidad tienen que abandonar sus pueblos”, afirmó este jueves el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

Agregó que retener a los migrantes en el sureste del país les evitaba peligros a lo largo del trayecto, en un momento en que la región vive una ola migratoria sin precedentes.

Como ejemplo, Estados Unidos detuvo el pasado julio en su frontera sur a 212.672 indocumentados, la cifra más alta en 20 años.

Críticas por la violencia

Las recientes imágenes de dos agentes migratorios que pateaban a un haitiano durante un choque con las autoridades desataron enormes críticas.

“El incremento de elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional a lo largo de la frontera sur de México con el objetivo de realizar tareas de verificación y control migratorio debe respetar los derechos humanos de las personas migrantes y solicitantes de asilo”, apuntaron en un comunicado conjunto la Acnur, la ONU-DH y la OIM.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lamentó también que en las caravanas hubo “uso desproporcionado de la fuerza” contra familias y niños.

Ello llevó a la suspensión de los dos agentes de migración, aunque el presidente aseguró en su informe de Gobierno que fue un “caso excepcional” porque no hay “represión” y se respetan los derechos humanos.

Vigilancia extrema

Pero el suceso ha avivado la polémica sobre si México realmente trata con dignidad a los migrantes, pues no es la primera ocasión en que despliega a miles de sus efectivos.

Esto fue visible durante el mandato de Donald Trump en Estados Unidos (2017-2021), especialmente cuando a mediados de 2019 amenazó a México de imponer aranceles si no contenía el paso de migrantes.