Este domingo 13 de marzo, en Estados Unidos dará inicio el llamado horario de verano, por lo que una noche antes será necesario que adelantes una hora a todos tus relojes para que así dicha modificación no te tome por sorpresa.

Aunque el cambio de horario es algo que venimos implementando desde hace ya muchos años, lo cierto es que nuestro organismo parece no asimilarlo de forma inmediata; y además, curiosamente, hay cientos de personas que aseguran que les es mucho más difícil adaptarse al horario de verano en comparación con el horario de invierno.

Esto se debe a que el cambio de horario desajusta lo que llamamos ritmos circadianos, es decir, aquellos que están relacionados con los cambios físicos y conductuales que siguen un ciclo diario que es marcado o responde justamente a la luz u oscuridad de nuestro ambiente.

Generalmente, ese desequilibrio por el cambio de hora suele manifestarse con alguno de los siguientes malestares:

* Cansancio
* Somnolencia
* Falta de concentración
* Irritabilidad
* Dolor de cabeza
* Desorientación
* Falta de apetito

Generalmente, son las personas de la tercera edad y los niños quienes son más susceptibles a los cambios de rutina, ya que les cuesta más conciliar el sueño. Por otro lado, los síntomas en patologías neurológicas como la migraña o la epilepsia también pueden verse agravados por esta modificación.

Qué hacer para que me afecte lo menos posible el cambio de horario

Regularmente, los malestares enlistados anteriormente suelen durar entre 3 y 5 días, siempre y cuando la persona se encuentre bien, sin ningún problema o trastorno de salud.

Aún así, aquí te dejamos una serie de recomendaciones para que te sea mucho más sencillo acoplarte al nuevo horario:

1) Desde un día antes del cambio de horario, acostúmbrate a ir a dormir una hora antes de lo habitual. Establece una rutina de sueño, donde tu horario de acostarse y de despertarte sea fijo.

2) De igual modo, es muy útil adelantar una hora todas tus comidas

3) Evita el consumo de bebidas excitantes, como café o alcohol, justo antes de dormir.

4) Evita también hacer ejercicio en la noche pues esto podría activar tu metabolismo.

5) Evita cenar abundante para que así el proceso de digestión sea mucho más sencillo.

6) Aléjate de la luz antes de dormir, sobre todo de aquella emitida por teléfonos celulares, computadoras, televisiones u otros dispositivos móviles.

7) No dormir siesta durante el día hasta que el cuerpo se habitúe al cambio de horario.