Tal vez desde que el hombre es consciente del paso del tiempo, la búsqueda de la eterna juventud ha sido una constante. Para reducir la apariencia de la edad recurrimos a cirugías plásticas, tratamientos estéticos, una mejor alimentación, un estilo de vida más saludable, pero el hecho de que los científicos hayan logrado rejuvenecer 30 años las células humanas, es quizá el inicio de nuevas alternativas para prolongar la juventud.

Un grupo de especialistas británicos y portugueses lograron reprogramar células de piel humana para hacerlas biológicamente más jóvenes y mantener algunas de sus funciones a pesar de su envejecimiento, en un proceso que llaman “reprogramación transitoria de la fase de maduración”.

En un futuro, su acercamiento en el laboratorio puede ser la punta de lanza para encontrar maneras de revertir algunas de las consecuencias del envejecimiento en el cuerpo y el organismo humanos.

El envejecimiento es la disminución gradual de la aptitud del organismo que se produce con el tiempo y conduce a la disfunción y la enfermedad de los tejidos. A nivel celular, el envejecimiento se asocia con una función reducida, una expresión genética alterada y un epigenoma perturbado. La reprogramación de células somáticas, el proceso de convertir células somáticas en células madre pluripotentes inducidas (iPSC), puede revertir estos cambios asociados con la edad”, se lee en la investigación.

A través de medidas especializadas, como el reloj epigenético (que son marcadores químicos que indican la edad de las células), y el transcriptoma (lectura de genes producidos por las células), los investigadores confirmaron que su método logró retroceder la edad biológica de las células epiteliales en 30 años.

Con ello, los expertos señalan que las células pueden rejuvenecerse para conservar su función e incluso restaurar células viejas. Su investigación, publicada en eLife, abre la puerta para abordar problemas de salud relacionados con la edad, desde enfermedades cardiovasculares hasta degenerativas como el Alzheimer.

El siguiente paso será probar esta misma técnica en otros tipos de células humanas y probar la seguridad del procedimiento antes de realizar algún ensayo clínico.