Mientras la investigación en torno a la variante Ómicron sigue su curso y las autoridades de salud en el mundo toman precauciones contra esta nueva variante de COVID, Pfizer anunció que su pastilla previene la enfermedad en 89% y podría servir contra Ómicron. La farmacéutica desarrolló un medicamento oral llamado PAXLOVID que probó en 1,219 personas con alto riesgo de sufrir enfermedad grave por sus condiciones de salud.
Luego de administrar la pastilla experimental a pacientes sintomáticos con un diagnóstico confirmado de infección por SARS-CoV-2 y con al menos una condición médica subyacente que elevaba su riesgo de desarrollar los síntomas graves de COVID-19 y, por ende, su posibilidad de morir o de requerir atención en un nosocomio, Pfizer observó que su fármaco redujo en 89% el riesgo de hospitalización y muerte. Los pacientes del ensayo estaban ubicados en Estados Unidos, América del Sur, Europa, Asia y África.
De igual forma, la compañía comprobó que su fármaco tiene una potente actividad antiviral in vitro contra variantes circulantes de interés, como Ómicron, y contra otros coronavirus conocidos. Este desarrollo “es un verdadero cambio de juego en los esfuerzos globales para detener la devastación de esta pandemia. Estos datos sugieren que nuestro candidato a antivírico oral, si es aprobado o autorizado por las autoridades reguladoras, tiene el potencial de salvar la vida de los pacientes, reducir la gravedad de las infecciones por COVID-19 y eliminar hasta nueve de cada diez hospitalizaciones”, afirmó Albert Bourla, presidente y director ejecutivo de Pfizer, en un comunicado.
El fármaco de Pfizer podría utilizarse en adultos como un tratamiento en el hogar para ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad, las hospitalizaciones y las muertes, así como para reducir la probabilidad de infección después de exponerse al virus. Según Merck, su medicamento molnupiravir es efectivo en 50% para reducir las hospitalizaciones y la muerte de los enfermos de COVID.