Las playas de aguas turquesas y arena blanca de Varadero que hasta hace poco recibían un importante número de turistas rusos ahora lucen casi vacías. Las tiendas de artículos playeros, ron y tabaco en la marina del famoso balneario cubano echan de menos a esos visitantes que en buena medida salvaron a esta golpeada industria en tiempos de pandemia y el año pasado fueron los nacionales más numerosos en la isla.
Con el sol tomando apogeo en una mañana reciente, apenas se podía avistar una pareja húngara y grupos aislados de bañistas cubanos que residen en el exterior, mientras que en los locales de venta de la marina del polo turístico, situado a 140 kilómetros al este de La Habana, brillaban por su ausencia los rusos, que al inicio de la guerra se contaban por miles y tuvieron que dejar el país precipitadamente.
“¡Mira cómo está todo!”, dijo a The Associated Press Tamara Álvarez, quien administra una tienda en la zona, apuntando hacia afuera a las carpas y asientos vacíos a esa hora donde solían estar tomándose algo. “Teníamos muchas ilusiones, ya veíamos un cambio, pero inesperadamente nos cae esto”, añadió aludiendo a la guerra en Ucrania.
Justo cuando Cuba trata de recuperar un poco más su vital industria turística tras dos años con caídas drásticas, particularmente en 2021, producto de la ausencia de visitantes estadounidenses tras el endurecimiento de las sanciones impuestas por el expresidente Donald Trump y las restricciones por el coronavirus, la isla ahora sufre un nuevo golpe: la ausencia de los visitantes rusos que le dieron oxígeno a la actividad en los últimos dos años.
Miles de esos visitantes tuvieron que cortar sus vacaciones en Varadero y otros balnearios del Caribe —como República Dominicana— y regresar en vuelos especiales días después del inicio de la invasión rusa en Ucrania debido al cierre del espacio aéreo a los vuelos comerciales de Rusia decretado por la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos, entre otras sanciones financieras como castigo al ataque. Algunas aerolíneas cerraron sus ventas de pasajes a la isla hasta fines de marzo.
Un gran cartel colocado al entrar a Varadero da la bienvenida a los turistas en ruso y otros idiomas, mientras que la isla escogió a Rusia como el país invitado a la feria internacional de turismo de Cuba, prevista para celebrarse en mayo en el famoso balneario. El turismo es la segunda actividad que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) cubano y es la segunda fuente de divisas después de las que generan los servicios profesionales de médicos en el exterior.
“La apuesta de Cuba para recuperar cifras de llegadas en el turismo fue al turismo ruso y en este momento no es posible recuperar nada producto no sólo del conflicto sino de la suspensión absoluta y de las sanciones impuestas a las aerolíneas, a los vuelos, a las agencias, a los tour operadores, por lo tanto tenemos que prescindir ahora también del turismo ruso”, señaló en una entrevista con The Associated Press José Luis Perelló Cabrera, doctor en Ciencias Económicas y especialista en desarrollo turístico en Cuba.
En 2021 Rusia se convirtió en el principal país emisor de visitantes a la isla, al alcanzar la cifra de 146.155, superando a los que arribaron de Canadá (68.944) y a los cubanos residentes en el extranjero (52.804), según la Oficina Nacional de Estadística e Información de la isla (ONEI). Un año antes, los rusos siguieron en llegadas a los canadienses y cubanos, respectivamente, cuando el país insular recibió a 1.085.920, una fuerte caída respecto a los 4,2 millones del 2019 y 4,7 del 2018.
El año pasado el bajón en la industria fue mucho más estrepitoso en medio de un rebrote del coronavirus. No fue sino hasta mediados de noviembre que el país de 11 millones de habitantes reabrió sus fronteras y reactivó con todo el turismo internacional, aunque terminó el año con apenas 356.470 visitantes, con los rusos a la cabeza. En enero y febrero más de 35.000 rusos arribaron a Cuba, colocándose ligeramente en el tercer lugar de llegadas después de los canadienses y cubanos residentes en el exterior, según la ONEI.
Varios miles de ellos disfrutaban Varadero y otras playas cubanas y de República Dominicana cuando estalló la guerra en Ucrania. La Asociación de Operadores Turísticos de Rusia (ATOR, por sus siglas en ruso) dijo en un comunicado que entre 6.000 y 8.000 turistas rusos estaban en la isla cuando estalló el conflicto. Varios vuelos salieron a inicios de marzo desde Varadero para llevar de vuelta a casa a esos nacionales.
La ONEI no ha divulgado las cifras de visitantes del mes corriente, pero algunos operadores y expertos en la industria en Cuba estiman que la guerra en Ucrania llevó a varios miles de rusos a cancelar sus viajes en marzo a la isla, que en el mismo mes de 2020 había recibido a más de 15.000 de ellos y a más de 7.000 en igual periodo de 2021, según estadísticas oficiales.
“Perder ese mercado es un golpe fuerte en Cuba”, indicó a la AP la operadora y guía de turismo en el país caribeño, la rusa-cubana Natasha Strelkova. “Va a ser un golpe para la economía del turismo de nivel medio. Nada más analizar las vueltas que debe dar el avión de Rusia para venir a Cuba, los pasajes van a ser carísimos”.
En medio de esta situación, las autoridades del turismo cubano han dejado en claro en los medios oficiales que la isla mantiene su meta de alcanzar la cifra de 2,5 millones de visitantes que se impuso mucho antes de la guerra en Ucrania, mientras la nación socialista continúa con un plan para la industria trazado en 2013, que incluye la construcción de nuevos hoteles. A inicios de la semana pasada inauguró uno de 600 habitaciones en la capital. También espera un incremento de la llegada de los turistas de Canadá.
Expertos como Perelló Cabrera, sin embargo, dudan que se pueda alcanzar esas cifras y que ello no tiene que ver con el crecimiento o no en el ingreso de los turistas rusos. “Tendría que crecer aproximadamente 37, 40% y la tasa de crecimiento en los últimos 27 años del (turismo) de Cuba en tiempos normales ha sido de 4% y 3%”, refirió el analista.
Ivis Fernández Peña, delegada del Turismo en la provincia de Matanzas, expresó el lunes su optimismo en la presente temporada en Varadero, a pesar de la ausencia de los turistas rusos.
“Había incertidumbre que con la salida de Rusia se podían debilitar los resultados del destino, pero entraron Alemania e Inglaterra, en tanto las operaciones con Polonia y Bélgica marchan bien y Canadá se está recuperando”, dijo durante una reuinión en que se hizo un balance del Ministerio de Turismo, a la que asistió el presidente Miguel Díaz-Canel.
Entretanto, el turismo no se ha detenido en la isla. La misma semana en que se realizaron los primeros vuelos de retorno de los visitantes rusos en medio de la guerra, atracó en La Habana el crucero británico Marella Explorer 2 con casi 1.000 pasajeros adultos, en el primero de cuatro atraques en su viaje por las Antillas. El viernes 18 de marzo volvió por segunda vez y permaneció 24 horas en un muelle pegado a la turística Vieja Habana.
Tradicionalmente Cuba atrae más por sus playas, y balnearios como Varadero ansiaban a una mayor recuperación luego que el país reabriera sus fronteras al turismo internacional a mediados de noviembre.
“Todo está muy bonito como usted puede ver, pero cuando nos estábamos recuperando el turismo ruso se nos fue por la guerra en Ucrania. Volvemos en decadencia de nuevo”, señaló Yirianny Lara, jefa de tiendas en la marina de Varadero. “Estamos dispuestos a que llegue el turismo para prestar el mejor servicio”.