El gobierno del presidente Joe Biden anunció el lunes que aumentará los vuelos hacia Cuba, tomará medidas para relajar las restricciones sobre los viajantes estadounidenses a la isla, y levantará las limitantes impuestas por el exmandatario Donald Trump a las remesas que los inmigrantes pueden enviar hacia la nación caribeña.

El Departamento de Estado indicó en un comunicado que retirará el límite actual de 1.000 dólares trimestrales a las remesas familiares y permitirá las remesas no familiares, que brindarán apoyo a emprendedores independientes cubanos. Washington también permitirá vuelos programados y fletados a otros lugares además de La Habana, señaló la agencia.

El gobierno también señaló que tomará medidas para reinstaurar el Programa de Permiso de Reunificación Familiar Cubano, el cual tiene un retraso de más de 20.000 solicitudes, e incrementará los servicios consulares y procesamiento de visas.

Con estas medidas, nos proponemos apoyar las aspiraciones de libertad y de mayores oportunidades económicas de los cubanos para que puedan llevar vidas exitosas en su país”, añadió Ned Price, portavoz del Departamento de Estado. “Seguimos haciendo un llamado al gobierno cubano a que libere de inmediato a los presos políticos, respete las libertades fundamentales del pueblo cubano y le permita determinar su propio futuro”.

El cambio de política se anunció tras una revisión que comenzó poco después de una serie de protestas generalizadas en la isla en julio pasado.

Trump había incrementado las sanciones a Cuba, incluyendo la cancelación de permisos para enviar remesas y la penalización a los buques petroleros que se dirigieran a la isla.

Estas medidas y la pandemia contribuyeron a una crisis económica en el país caribeño, donde la población sufre escasez de productos básicos, apagones y racionamiento.

La situación económica llevó a miles de personas a salir a las calles de todo el país el 11 de julio de 2021, en lo que fueron las protestas más grandes de este tipo en varias décadas en la isla. Muchos estaban frustrados con la carestía y los bajos salarios, y también con el gobierno socialista. Organizaciones no gubernamentales han reportado que durante las manifestaciones se efectuaron más de 1.400 arrestos y que 500 personas fueron sentenciadas hasta a 20 años de prisión por vandalismo o sedición.

Washington y La Habana han iniciado algunas conversaciones en las últimas semanas, en medio de un marcado incremento de cubanos que intentan emigrar ilegalmente hacia Estados Unidos.

La primera semana de abril, la embajada estadounidense en La Habana reanudó el procesamiento de visas para cubanos, aunque de forma limitada, más de cuatro años después de poner fin a los servicios consulares en la isla debido al distanciamiento en las relaciones.

El senador demócrata Robert Menendez, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, dijo que las medidas transmiten “el mensaje equivocado” al gobierno del mandatario cubano Miguel Díaz-Canel. Menendez criticó en especial la decisión de la Casa Blanca de reanudar los viajes grupales para intercambios educativos y culturales, al igual que algunos viajes para reuniones profesionales e investigación profesional en la isla.