Tras semanas de intensos combates, las fuerzas ucranianas han comenzado a retirarse de la asediada ciudad de Sievierodonetsk, en el este del país, para trasladarse a posiciones más fuertes, dijo el gobernador de la región el viernes al cumplirse cuatro meses de la invasión rusa.

El retiro de Sievierodonetsk, el centro administrativo de la región de Luhansk, es el resultado de un incesante bombardeo ruso que ha reducido a escombros la mayor parte de la ciudad industrial y ha disminuido su población de 100.000 a 10.000 habitantes.

Los soldados ucranianos se enfrentaron a los rusos en batallas calle por calle antes de retirarse a la planta química de Azot, en la periferia de la ciudad, donde se atrincheraron en sus vastas estructuras subterráneas en las que también se refugiaron unos 500 civiles.

En los últimos días, las fuerzas rusas habían realizado avances en torno a Sievierodonetsk y en la vecina ciudad de Lysychansk, situada en una escarpada orilla al otro lado del río, en un intento de rodear a las fuerzas ucranianas.

Las ciudades de Sievierodonetsk y Lysychansk han sido el punto central de la ofensiva rusa dirigida a capturar todo el Donbás y destruir al contingente ucraniano que las defiende, el más capacitado y aguerrido de las fuerzas armadas del país.

Las dos ciudades y sus alrededores son los últimos reductos importantes de la resistencia ucraniana en la región de Luhansk, donde el 95 % está bajo control del ejército ruso y de los separatistas locales. Los rusos y los separatistas también controlan cerca de la mitad de la región de Donetsk, la segunda provincia del Donbás.

Rusia aprovechó su ventaja numérica en tropas y armamento para asediar Sievierodonetsk, en lo que se ha convertido en una guerra de desgaste, mientras Ucrania pedía más y mejores armas a sus aliados occidentales.

Los puentes que llevan a la ciudad han quedado destruidos, lo que ha ralentizado la capacidad del ejército ucraniano para reabastecer, reforzar y evacuar a los heridos y otras personas. Gran parte de la infraestructura de electricidad, agua y comunicaciones de la ciudad ha sido destrozada.

El gobernador de Luhansk, Serhiy Haidai, dijo que los soldados ucranianos recibieron la orden de abandonar Sievierodonetsk para evitar mayores pérdidas y trasladarse a posiciones mejor fortificadas.

El jefe de la administración regional, Roman Vlasenko, declaró que la retirada ya ha comenzado y que durará varios días.

“Hasta ahora, los militares ucranianos siguen en Sievierodonetsk”, dijo Vlasenko a la cadena CNN. “Se están retirando de la ciudad. Comenzaron ayer”.

Un portavoz militar ucraniano se negó a confirmar la orden de retirada, alegando que la política del gobierno impide comentar los movimientos de las fuerzas ucranianas.

“Desafortunadamente, tendremos que retirar a nuestros soldados de Sievierodonetsk”, dijo Haidai a The Associated Press. “No tiene sentido estar en posiciones destruidas; el número de muertos por combate ha estado creciendo”.

Un funcionario de alto rango de defensa de Estados Unidos, que habló el viernes en Washington bajo condición de anonimato, consideró el movimiento de los ucranianos como un “retroceso táctico” para consolidar las fuerzas en posiciones donde puedan defenderse mejor.