La fibromialgia, una afección de salud crónica en la que las personas experimentan síntomas como dolor generalizado y sensibilidad en el cuerpo.

La fibromialgia afecta alrededor del 2% al 5% de la población mundial, y se encuentra que es más común en mujeres que en hombres.

Esta enfermedad puede ir acompañada de síntomas como dolores de cabeza, síndrome del intestino irritable (SII), dolor en la mandíbula, ansiedad , depresión y entumecimiento u hormigueo en las manos y los pies.

Se cree que esta patología combina factores genéticos, ambientales y psicológicos. Suele desarrollarse después de un trauma físico, infección, cirugía o estrés psicológico significativo.

Síntomas y causas de la fibromialgia

  • Dolor generalizado

El dolor asociado con la fibromialgia generalmente se describe como un dolor constante que dura al menos 3 meses. Afecta a ambos lados del cuerpo y, a menudo, se siente en múltiples áreas, como el cuello, los hombros, la espalda, las caderas y las piernas.

  • Fatiga

Las personas con fibromialgia a menudo experimentan una sensación persistente de cansancio, incluso después de haber dormido lo suficiente. Los trastornos del sueño, como el insomnio o el sueño no reparador, son comunes en la fibromialgia y pueden contribuir a la fatiga.

  • Dificultades cognitivas

Es común encontrarse con ‘fibro fog’, que es el problema con la memoria, la concentración y la claridad mental común en personas con fibromialgia. Las personas con esta afección pueden tener dificultades para procesar información y realizar tareas que requieren un esfuerzo mental.

  • Sensibilidad a los estímulos

Muchas personas con fibromialgia son más sensibles a diversos estímulos, como el tacto, la presión, los cambios de temperatura, el ruido y las luces brillantes. Llamada alodinia, esta característica puede amplificar la percepción del dolor y provocar molestias en situaciones cotidianas.

Estrategias de afrontamiento

Trabaja con tu proveedor de atención médica para desarrollar un plan personalizado de manejo del dolor.

Es necesario desarrollar una rutina diaria de ejercicios que incluya ejercicios de bajo impacto como caminar, nadar o andar en bicicleta. El ejercicio es beneficioso para reducir el dolor, mejorar el sueño y mejorar el estado de ánimo.

Se recomienda dormir lo suficiente para todos y es particularmente importante para las personas con fibromialgia.

Explora técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación, el yoga o el tai chi. Estas prácticas pueden ayudar a reducir el estrés, promover la relajación y aliviar el dolor.

Rodéate de una familia que te apoye, amigos cercanos o un grupo de personas que entienda tu condición y sus síntomas.