El gobernador de Texas, Greg Abbott, tiene clara una de sus prioridades: detener a inmigrantes indocumentados a como dé lugar.

Aunque la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) reporta que ha detenido a más de un millón de extranjeros que cruzan la frontera, el republicano mantiene el argumento de que miles de no-ciudadanos cruzan y se quedan en el país.

“Texas no extenderá la alfombra roja como la Administración (del presidente Joe) Biden”, dijo el Abbott en tuit que acompañó con una entrevista que dio a Fox News. “Los inmigrantes indocumentados atrapados traspasando a Texas serán arrestados y enviados a la cárcel. No más atrapar y liberar”.

La estrategia de “atrapar y liberar”, que ha sido defendida por el Gobierno de Biden, permite a los agentes migratorios procesar a los indocumentados de bajo riesgo y dejarlos libres mientras continúan algún proceso.

“El estado de Texas está cambiando la estrategia: arresto y prisión”, dijo el republicano, quien ha seguido a piejuntillas la política migratoria del expresidente Donald Trump, quien hace unas semanas elogió sus acciones.

Los gobiernos estatales no pueden arrestar a extranjeros por ser indocumentados, pero la estrategia de Abbott es acusarlos de invasión a propiedad privada y colocarlos en prisiones estatales.

“Cuando ellos (los indocumentados) empiecen a aprender sobre esto van a dejar de cruzar la frontera de Texas”, aseguró.

El gobernador Abbott está liderando, junto con republicanos de Arizona y Florida y otros estados, la batalla contra inmigrantes indocumentados acusando a la Administración Biden de protegerlos y permitirles su ingreso sin condiciones.

Sin embargo, los recientes reportes de CBP indican que si bien junio se convirtió en el mes con un nuevo récord de indocumentados detenidos en la frontera, éstos son procesados bajo el Título 42, el cual permite a las autoridades expulsarlos en forma expedita por motivos de seguridad sanitaria, en medio de la pandemia de COVID-19.

Activistas acusan al republicano Abbott de tener en la mira el proceso electoral del 2022 en las elecciones presidenciales del 2024 y ha encontrado en el tema migratorio su mejor arma para atraer el voto.

“(Eso es) usar del miedo del otro, para ganar puntos políticos, resulta en lo que pasó en El Paso… eso es una receta para el desastre… para tragedias. Es una política muy sucia y muy peligrosa”, consideró Domingo García, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinos Estadounidenses Unidos (LULAC).

Hace apenas dos semanas, el gobernador de Ohio, Mike DeWine, anunció que enviaría 14 policías estatales a la región fronteriza suroeste en respuesta a una solicitud del gobernador Abbott. También se adelantó que desplegaría a 185 miembros de la Guardia Nacional.

La oficina de DeWine dijo que los elementos de la Patrulla de Carreteras estarían en la frontera durante dos semanas para “ayudar a las fuerzas del orden locales con la vigilancia fronteriza”, aunque no serían delegados para realizar arrestos, según un comunicado.

También se reportó que Arizona, Nebraska, Idaho, Florida y Dakota del Sur están enviando oficiales policiacos a Texas para las mismas labores contra inmigrantes.