A más de cuatro décadas del inicio de la pandemia del VIH/SIDA, el progreso en la reducción de infecciones y muertes relacionadas con el virus es innegable, pero los avances aún no son lo suficientemente rápidos como para cumplir la meta de la ONU de erradicar el SIDA como amenaza para la salud pública en 2030.

Un estudio reciente publicado en The Lancet HIV analiza detalladamente las tendencias globales, destacando tanto los logros alcanzados como los retos pendientes.

Entre 2010 y 2021, las nuevas infecciones por VIH disminuyeron un 22% a nivel mundial, con 1,65 millones de casos en 2021. Por otro lado, las muertes relacionadas con el virus cayeron un 40%, registrándose 718.000 en el mismo año.

Aunque estas cifras reflejan un avance significativo, quedan lejos de las metas intermedias para 2025, que buscan reducir las nuevas infecciones a menos de 370.000 y las muertes a menos de 250.000.

África subsahariana se destaca como la región con mayores progresos en la reducción del riesgo de contraer VIH a lo largo de la vida, que pasó de un 21,8% en 1995 a un 8,7% en 2021. Esto ha sido posible gracias a estrategias de prevención, acceso a tratamientos antirretrovirales y programas comunitarios exitosos. Países como Botswana, Eswatini, Ruanda, Tanzania y Zimbabue han alcanzado los ambiciosos objetivos de diagnóstico, tratamiento y supresión viral propuestos por ONUSIDA.

Sin embargo, mientras África avanza, En Europa central, Europa oriental y Asia central, el riesgo de contraer VIH ha aumentado considerablemente, alcanzando un 2,8% en 2021, el doble de lo registrado en 2003.

Además, el norte de África y Oriente Medio muestran un incremento tanto en la incidencia del virus como en las muertes relacionadas. Según las proyecciones, el número de personas viviendo con VIH en el mundo podría alcanzar los 44,4 millones para 2039.

El VIH sigue siendo un desafío complejo. El virus, que en etapas avanzadas provoca el SIDA, afecta actualmente a 40 millones de personas en todo el mundo. Una cuarta parte de ellas no recibe tratamiento adecuado.

Las terapias antirretrovirales, que detienen la replicación viral, son fundamentales tanto para el tratamiento como para la profilaxis preexposición (PrEP), una estrategia preventiva altamente efectiva. No obstante, el acceso desigual a estos tratamientos sigue siendo una barrera importante, especialmente en regiones con recursos limitados.

Acceso a tratamientos

El estudio, liderado por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), utilizó una amplia gama de datos, incluidas encuestas, informes gubernamentales y estadísticas de ONUSIDA.

Según la Dra. Hmwe Kyu, autora principal de la investigación, “el mundo ha logrado avances considerables, pero persisten desafíos críticos”. La experta subrayó la necesidad de esfuerzos más enfocados en la prevención, la ampliación del acceso a tratamientos y la disponibilidad masiva de pruebas diagnósticas.

Entre los factores que han impulsado la lucha contra el VIH se encuentra el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR), que ha financiado iniciativas en más de 50 países. A pesar de estos esfuerzos, obstáculos como el estigma, las leyes discriminatorias y la violencia física continúan limitando el acceso a servicios esenciales para muchas comunidades vulnerables.

La investigación resalta que, para alcanzar los objetivos globales, es crucial implementar políticas inclusivas y sostenidas, así como abordar las desigualdades estructurales que perpetúan la epidemia.