Israel dio a conocer el martes que aumentará el número de permisos de trabajos para palestinos en la Franja de Gaza para permitir que miles de palestinos más obtengan estatus legal antes de que el presidente estadounidense Joe Biden visite la región hacia el final de esta semana.
Israel se refiere a este tipo de acciones como medidas para generar confianza y reducir las tensiones. Sus críticos aseguran que simplemente consolidan su mandato militar de 55 años sobre millones de palestinos ante la ausencia de un proceso de paz. Las últimas negociaciones serias fracasaron hace más de una década.
Las medidas más recientes recibieron la aprobación del ministro de Defensa, Benny Gantz, quien se reunió con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, en Cisjordania la semana pasada para discutir las labores de coordinación de cara a la visita de Biden. El gobierno de Abbas tiene autoridad limitada sobre ciertas partes de Cisjordania y coopera con Israel en asuntos de seguridad.
Israel permitirá que 5.500 palestinos adicionales se sumen al registro de población palestina, al cual controla, para que puedan obtener credenciales de identificación. Los grupos por los derechos humanos afirman que decenas de miles de palestinos en Cisjordania y Gaza carecen de este estatus, lo que les obliga a vivir con restricciones severas a la movilidad.
Israel anunció que otorgaría otros 1.500 permisos para que palestinos en Gaza puedan trabajar dentro de Israel, elevando el total a 15.500, la cifra más alta desde que el grupo extremista Hamas tomó el poder en Gaza hace 15 años. Desde entonces, Israel y Egipto han impuesto un agobiante bloqueo sobre Gaza.
Israel afirma que el bloqueo es necesario para evitar que Hamas, que se opone a su existencia, consiga armas. Los palestinos y los grupos por los derechos humanos afirman que el bloqueo es una forma de castigo colectivo a los 2 millones de residentes palestinos en Gaza.