En un hito regulatorio largamente esperado, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) anunció la prohibición del uso del colorante Rojo No. 3 en alimentos y bebidas en Estados Unidos.

Este aditivo, conocido por otorgar un vibrante color rojo cereza, ha sido objeto de controversia durante décadas debido a su relación con el desarrollo de tumores en animales. Aunque ya estaba prohibido en cosméticos desde 1990, seguía presente en miles de productos alimenticios y medicamentos.

Su eliminación representa una victoria significativa para los defensores de la salud pública, quienes afirman que la demora en la prohibición expuso innecesariamente a los consumidores, especialmente a los niños, a riesgos evitables.

El subdirector de alimentos para humanos de la FDA, Jim Jones, destacó que la agencia no puede autorizar aditivos vinculados al cáncer en humanos o animales. Esta postura se basa en la Cláusula Delaney, que prohíbe explícitamente los aditivos que inducen cáncer en estudios científicos.

Estudios de la década de 1980 ya habían señalado que el Rojo No. 3 provocaba tumores en ratas macho expuestas a altas dosis. Sin embargo, la presión de la industria y la complejidad regulatoria retrasaron su prohibición en alimentos por más de 30 años.

El plazo para que las empresas reformulen sus productos se extiende hasta el 15 de enero de 2027, con un año adicional para aquellos que elaboran suplementos dietéticos y medicamentos.

Preocupaciones de los consumidores

Varias empresas ya han comenzado a eliminar los colorantes artificiales, incluida esta sustancia, de sus líneas de productos en respuesta a las crecientes preocupaciones de los consumidores. En California, la prohibición del Rojo No. 3 y otros aditivos peligrosos se convirtió en ley en 2023, impulsando a la FDA a acelerar su revisión.

El Dr. Peter Lurie, presidente del CSPI, expresó que la decisión de la FDA debería haberse tomado mucho antes, señalando la paradoja de que un aditivo prohibido en cosméticos permaneciera aprobado para alimentos infantiles.

Por su parte, Melanie Benesh, del Environmental Working Group, calificó la medida como una “gran victoria para los consumidores” y enfatizó que se necesita una revisión más amplia de otros colorantes sintéticos en uso.

A nivel global, el Rojo No. 3 ya está prohibido o restringido en lugares como la Unión Europea, Japón y Australia. Esto subraya el retraso de Estados Unidos en alinearse con estándares internacionales de seguridad alimentaria.

La Asociación Nacional de Confiteros y la Asociación de Marcas de Consumo han reiterado su compromiso de cumplir con las nuevas regulaciones, destacando que la seguridad alimentaria sigue siendo una prioridad.

La decisión también tiene implicaciones políticas, dado que coincide con audiencias clave en el Senado para la confirmación de Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud y Asuntos Humanos. Kennedy ha señalado que la eliminación de colorantes artificiales será una prioridad bajo su gestión, fortaleciendo el mensaje de la administración Biden en favor de una mayor protección al consumidor.

En última instancia, la prohibición del Rojo No. 3 no solo marca un precedente importante en la regulación de aditivos alimentarios, sino que también pone de relieve la creciente influencia de los consumidores en exigir estándares más altos de seguridad.